Jugar con fuego: Disparar carretes caducados en proyectos profesionales
Un buen día, andaba yo rebuscando negativos entre los cajones de mi madre cuando de repente di con dos Fuji Superia 100 sin disparar. Hasta el momento, yo no había disparado nunca película caducada, así que vi en ellos una oportunidad de hacer algo diferente. Antes de hacer nada, me informé de como debía usarlo, aquello típico de restar un paso por cada 10 años de caducidad y me lancé a la piscina. El resultado fueron unas fotos preciosas, con unos tonos apastelados super especiales. Y claro Aquello me gustó, y ya no pude parar.
Después de aquella primera experiencia… Quise más y más y más y cada vez que a los chicos de Miyagi Studio les entraban cositas caducadas interesantes ahí estaba yo para hacerme con ellas. Pero el punto álgido llegó cuando en octubre de 2023 viajé a Londres y visité el stand de Cameras London en el Portobello Market, un must para todo amante de lo analógico. Allí, Juliano cada semana llena una caja enorme de carretes vencidos y me pasé yo un buen rato escogiendo joyitas. Una de ellas era un Kodak Verichrome Pan caducado en septiembre de 1974, una locura que nadie se esperaba que saliera como salió. Y es que con ese carrete, y viendo que todos los caducados que había disparado anteriormente me habían salido bien, con tonos distintos y efectos maravillosos, decidí por primera vez usar un caducado en una sesión profesional y además, estrenando la Hasselblad 500C/M. Fue en diciembre de 2023 en Madrid con La Bailarina Imperfecta, y como ella misma ha dicho en distintas ocasiones el resultado fueron unas imágenes mágicas que era como mirar a “Una willi perdida en Madrid del siglo XXI”. Y debo decir, que fue un carrete que una vez lo llevé a Cuarto Color Lab para revelar, dió que hablar porqué olía profundamente… ¡a hongo y a humedad! ¡Así qué… quién sabía lo que iba a salir de allí! De hecho, el negativo parecía papel de fumar.
Estos resultados me acabaron de dar el impulso que necesitaba para meter un caducado cada vez que disparaba algún proyecto profesional. Y obviamente, siempre que pudiera, conseguir carretes caducados, porqué no nos engañemos… es algo que no vamos a tener disponible para siempre y hay que aprovechar el momento. ¿Pero cuales son los trucos que utilizo y que he aprendido durante este tiempo (bien aconsejada por distintos profesionales) para que los caducados me den buenos resultados hayan estado o no bien conservados?
El blanco y negro se conserva mejor que el color. Con el blanco y negro SIEMPRE resto un paso por cada 10 años de caducidad; en color, le quito un paso más para asegurarme el tanto.
Cuando no sé exactamente la fecha de caducidad del carrete, busco información sobre el año en que se dejó de fabricar ese tipo de película y a partir de ahí hago una estimación. Siempre es mejor pasarse restando pasos que quedarse corto.
Es imprescindible informar al lab de que van a revelar un carrete caducado. Así que si lo sabemos es mejor informar del año y sobre todo, a qué ISO lo hemos disparado.
No todas las cámaras son recomendables para disparar un carrete caducado. Con una cámara de controles manuales lo tendrás más fácil para elegir los parámetros, pero con una point&shot con código DX, la cámara leerá la ISO nominal del carrete. Así que si disparas caducado con una point&shot también te recomiendo que lo comuniques al lab.
No jugártela a una sola carta. Obviamente, no dispares únicamente caducados en una misma sesión, viaje o proyecto… Porque aunque a mí siempre me ha salido bien, también puede salir mal.
El Fuji 400 PROH en 120 o 220 es un mundo aparte. En este caso, mi recomendación es partir de que es un carrete de 200 ISO y no de 400 ISO… ¡te facilitará las cosas!
A continuación, te enseño algunos resultados que he obtenido disparando caducados en proyectos profesionales. Y por cierto… ¡en mi nevera ahora mismo hay más carretes caducados que frescos!