Primeros pasos con emulsión líquida: papel de acuarela

Cuando descubrí que la emulsión líquida existía, sabía que algún día la probaría. Creo que es llevar al máximo exponente la creatividad dentro del laboratorio, o al menos una de las maneras de hacerlo. También, y muy en contra de la manera en la que muchas personas tenemos la costumbre de vivir, es un momento de pérdida de controlEsta técnica requiere de muchas horas de aprendizaje para dominarla, de anotar, comparar y seguir probando nuevas maneras de trabajar.

Por cosas de la vida me encontré con un bote de emulsión líquida Foma en la nevera…había llegado el momento de probarla. A veces parece que el destino te echa un cable con aquello que por miedos o pereza no nos atrevemos a hacer, verdad?

Sobre esta emulsión, comprada en Foto R3, la ficha técnica nos indica que puede aplicarse sobre madera, textil, vidrio, porcelana, cerámica, metales, piel, piedra, hormigón, revoque, etc, siendo necesario en algunos casos tratar previamente estas superficies para mejorar la adherencia de la emulsión, quedando el papel excluido de este grupo.

La información sobre esta técnica que pude encontrar en castellano fue bastante escasa, como casi todo lo relativo a la fotografía analógica… ¡Sorpresa! Así que con los conocimientos básicos, fé y paciencia me puse a experimentar.

Aquí os cuento mis primeras experiencias con papel de acuarela, que fue el primer tipo de papel que probé:

Como lo primero es la seguridad, para tratar con este químico siempre he usado guantes y una bandeja exclusiva para manipular todo lo relativo a la emulsión… si hay poca información sobre el procedimiento, no te cuento sobre cómo tratar los desechos. En mi caso, los pocos restos de emulsión que quedaban en el bote los limpié con papel de cocina que luego tiraba a la basura común y los pinceles los lavé en agua corriente. Una aberración contra la naturaleza, pero de momento no sé cómo proceder mejor.

Una vez en el lío, lo primero que hay que tener en cuenta es que la emulsión viene en estado sólido, una especie de gelatina dura que hay que pasar a líquido mediante baño maría. Mi técnica fue, totalmente a oscuras y con una cuchara de plástico (no se puede usar metal porque reaccionaría con la química de la emulsión), pasar una pequeña cantidad a un bote con tapa, totalmente opaco y meterlo en un recipiente con agua caliente (la ficha técnica indica que la temperatura correcta es entre los 35-40ºC).

Pasados unos minutos y con la luz ya encendida he agitado el bote para comprobar a oído el estado del producto. Cuando lo he creído líquido y habiendo preparado el espacio donde trabajar, he emulsionado los papeles elegidos, siendo para mí el punto del proceso más complicado. En las instrucciones del producto pone que se puede emulsionar con la luz de seguridad del laboratorio, pero algunas personas de las que pude obtener información aconsejan hacerlo a oscuras. Yo me vi incapaz y decidí usar la luz, poniéndola en el suelo para minimizar la incidencia lumínica.

Antes de emulsionar, eso sí, se recomienda añadir la cantidad apropiada de agente endurecedor suministrado en el kit para proteger la emulsión de los efectos mecánicos que puedan producirse (las proporciones están descritas en las instrucciones del producto).

A la hora de “pintar” los papeles se recomienda usar pinceles japoneses tipo Hake, libres de componentes metálicos que puedan reaccionar con la emulsión.

La primera vez que lo hice no calculé la cantidad de química que ponía… solo emulsioné como me pareció mejor y dejé secar en una caja que cerrase bien, para guardarla en un cajón que no volvería a abrir hasta ampliar esos papeles.

Los primeros resultados fueron un éxito, y no porque la foto saliera bien, si no porque simplemente salió.

Tira de prueba y copia final.

A la hora de ampliar, mencionar que no hace falta poner filtro de contraste porque no influye sobre la emulsión. En mi caso y con la suerte de mi parte, en estas primeras pruebas me limité a hacer una sola tira de prueba y a partir de las exposiciones que consideré buenas, hacer varias copias con esos tiempos. Ante el desconocimiento sobre la técnica he actuado como normalmente lo haría en el laboratorio, por ejemplo, decidiendo los tiempos de exposición en las tiras de prueba según mi intuición.

Los tiempos de revelado nadie te los enseña, así que no queda otra que guiarse por el instinto y la experiencia. Mi técnica ha sido poner el papel en el revelador y sacarlo cuando los negros ya estaban suficientemente subidos, anotando el tiempo de revelado. A partir de estos resultados, si el tiempo en el revelador era demasiado corto o demasiado largo, he jugado con la apertura de diafragma hasta conseguir tiempos que me parecieran decentes. Es importante llevar un registro de todo lo que pasa en tu práctica para conseguir copias lo más acordes a tus tiras de pruebas.

En el paro y fijador he actuado como normalmente hago… medio minuto en el paro y 4 o 5 en el fijador para las copias finales (realmente no contabilizo de manera muy exacta este último tiempo). Con los lavados he sido generosa por ser un papel grueso y absorvente.

Mis primeras y preliminares conclusiones son las siguientes:

  • Emulsionar los soportes con un mínimo de luz de seguridad no afecta a la emulsión, lo cual es tranquilizador. ¡No me quiero imaginar lo que sería hacer ese proceso a oscuras! Aún así recomiendo ser lo más ágil posible en esta tarea y como dije anteriormente, alejar la fuente de luz el máximo posible.

  • A la hora de emulsionar hay que ponerle empeño (más del que yo le puse) y crear una capa lo más tupida y uniforme posible, sobre todo si el papel usado, como en el caso de la acuarela, es rugoso. A veces se recomienda pasar una segunda capa cuando la primera está totalmente seca, es decir, al día siguiente.

  • Los detalles de las fotografías que he ampliado no se aprecian mucho… creo que se necesita mucha más técnica de la que poseo para lograr el éxito en este sentido. Aún así, emulsionar con más química y de una manera más uniforme posiblemente mejore la nitidez de la fotografía. Elegir fotos más simples y con menos detalles también es otra opción , claro ;)

  • Un error estúpido en el laboratorio sería ampliar un papel por la cara plástica y no por la emulsionada… verdad? Bien, con el papel de acuarela, si la encaras a la luz se diferencia la parte brillante de la mate, lo cual se agradece.

  • Si no calculas la cantidad de emulsión que pones, o incluso controlándola, es probable que si haces la tira de prueba con un papel y la copia con otro, el resultado final no sea el mismo… lo que yo he hecho es utilizar papeles grandes y de ahí mismo sacar para la tira y las copias finales.

  • De la misma manera, hace falta tiempo y experiencia para conocer cómo funciona cada soporte: cómo emulsionarlo, con cuánta cantidad y cómo responden a los tiempos de exposición según esas variables, entre otras.

De momento hasta aquí puedo escribir. Próximamente hablaré sobre esta técnica en papel japonés, un soporte que me ha maravillado.

Recordar a quien esté interesadx en esta técnica que en el podcast #5 de Disparafilm hicimos una entrevista a Naroa Pérez, una total experta en emulsión líquida y que os animo a escuchar si aún no lo hicisteis.

¿Qué os ha parecido? ¿Habéis probado ya está técnica?

¡¡Cuéntanos tu experiencia!!




Gloria Planells

Una aficionada curiosa que sabe poco de muchas cosas.

Gestionando la producción de Disparafilm.

https://www.instagram.com/glowing.art/
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