Pelea de boxeo: Leica M3 vs Konica IIIM 

¿Una pelea justa?

Si te dijera que existe una cámara, por menos de 150€, que puede competir en muchos aspectos con la Leica de su época, seguramente me dirías que estoy loco. Sin embargo, hoy voy a tomar el reto de convencerte de que, por este precio, se puede encontrar una cámara que puede ser más versátil que su rival alemana. ¿Me dejas intentarlo?

Desde su aparición, en 1925, las cámaras Leica han sido referentes en el sector fotográfico. Bien sea por las fotos históricas que registraron, por su calidad de construcción o por su exclusividad, marcaron un hito en la fotografía. 

Con el pasar de los años, las marcas que quisieron competir con Leica se dieron cuenta de que el factor decisivo sería el precio. Por esta razón, los japoneses rápidamente se embarcaron en la aventura de construir cámaras telemétricas compactas, que brindaran muchos de los beneficios de una Leica, a precios considerablemente más bajos. Esto aplicando la vieja confiable de su país: copia, mejora y gana. 

Konishiroku Photo Industrial Co. que luego de la IIGM conoceríamos como Konica, inició en 1940 con la construcción de una serie de cámaras que compitieran en calidad y precio con Leica. Iniciando con la Konica I e innovando en muchos aspectos de diseño y construcción las versiones posteriores, hasta llegar a su punto culmen en 1959 con la Konica IIIM, considerada por muchos la última Konica de calidad Leica.  

Pero ¿puede realmente esta cámara japonesa competir con su rival alemana? Vamos a verlo al puro estilo de una pelea de boxeo: imagina en un ring a la Leica M3, de 1954, y una Konica IIIM. ¿Ves el parecido en los nombres? …guiño, guiño. 

El primer golpe viene por cuenta de la Konica; el precio. Desde su salida al mercado, la Konica IIIM costaba una décima parte de una Leica M3, siendo una cámara compacta, con un objetivo fijo de 50mm f1.8. Evidentemente, esto sigue siendo inferior a lo ofrecido por la Leica M3: la posibilidad de tener objetivos intercambiables con distintas distancias focales y aperturas. Así que golpe directo por cuenta de la Leica y la Konica se tambalea. 

En cuanto a materiales de construcción, calidad y resistencia, son bastante similares. Tomando ambas cámaras en las manos te das cuenta que son robustas, hecha de un metal duradero. Así que la Leica M3 continúa la pelea con un gancho de derecha que la Konica logra bloquear.

La japonesa intenta remontar con su avanzado sistema de 3 modos de sincronización del flash, que permite utilizar éste a cualquier velocidad de obturación, sin necesidad de adaptadores, contando incluso con zapata caliente; ¡lo logra!  Gancho de izquierda a las costillas de la Leica que, sin adaptadores, sólo puede sincronizar a una velocidad 1/50.  

En cuanto al visor, parecería que la Leica tiene la ventaja, sin embargo, Konica logró desarrollar un visor de relación 1:1, manteniendo la pelea pareja gracias a su sistema de corrección de paralaje y campo de visión cuando enfocas de cerca, que para la época era bastante avanzado, siendo competitivo incluso hoy. 

Pero, cuando entramos al aspecto de diseño, empiezan una serie de golpes certeros por parte de la cámara Konica, que la M3 no puede evitar… 

La celda de selenio del exposímetro de la Konica IIIM se pliega hacia adelante, integrándose en la cámara, protegiendo el visor y el sistema del telémetro; mientras que la Leica no cuenta con medidor de luz incorporado. Defensa baja y ¡pum!  

El dial de enfoque de la Konica se mueve a través de una palanca en la parte inferior, lo que permite identificar el rango de enfoque por distancia, sin necesidad de ver al objetivo. De nuevo un golpe directo. 

Y cuando la Leica empieza a tambalearse, la japonesa busca derribarla con su mejor golpe: 

La Konica IIIM cuenta con un sistema frontal de doble arrastre. Esto, a términos de hoy, sigue siendo una genialidad, pues en la mayoría de cámaras posteriores, incluidas las Leica, el sistema de arrastre de la película está arriba o abajo, y se cargan hacia atrás, lo que implica que debes quitar el ojo del visor, o por lo menos moverte un poco, para cargar la siguiente foto. En la Konica nunca tienes que sacar el ojo del visor, así que gancho directo a la mandíbula de la Leica M3.

Y, ¿si tiene doble arrastre es porque tiene..? Lo adivinaste, la Konica IIIM tiene la posibilidad de ponerle una máscara que cambia su modo de operación a medio fotograma. Al usar esta máscara, el objetivo se convierte en un 75mm f1.8 y duplicas el carrete 36 a 72 exposiciones. Además, el visor incorpora las líneas de encuadre para este formato. Así que golpe frontal y la Leica cae a la lona. 

No voy a decir que esto es un K.O. porque seguro la Leica se parará y seguirá dando pelea. Pero, ya hasta aquí, creo que es justo decir que la Konica IIIM, por su precio y todo los factores mencionados, es una cámara que puede darle batalla justa a la Leica M3. 

¿Dónde comprarla? Esto lo dejo para un próximo artículo… guiño, guiño.  

@elrollodediego

Hola amigos, soy Diego Sánchez. En 2010 inicié mi formación como fotógrafo en paralelo a mis estudios de Periodismo en la Facultad de Comunicación social de Medellín. En este periodo, fui coautor del foto-libro ‘La ruta del Cóndor’ y tuve la oportunidad de publicar mis fotografías en diferentes revistas de Europa y Latinoamérica.

En 2013, mudé mi residencia a España para complementar mis estudios en periodismo de viajes y en 2015, gracias a una beca de World Press Photo, realicé el diplomado en Foto narrativa y nuevos medios de la Fundación Pedro Meyer de México.

Posteriormente, en Barcelona, lideré proyectos de formación fotográfica para sectores vulnerables de la población migrante y jóvenes universitarios. Tras parar 5 años, en 2023 decidí volver al mundo de la fotografía, enfocando mi energía en el sector analógico, del que actualmente aprendo y exploro las posibilidades creativas para transmitirlo.

https://www.instagram.com/elrollodediego/
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