FOTO y GRAFÍA 4/4
FOTOMENTAL. Parte 4
Recientemente escuché a alguien que decía algo como: si explicamos nuestras fotografías no podrán especular sobre ellas (ni sobre nuestra vida) cuando hayamos muerto. Bien, estoy de acuerdo a medias porque 1, depende de la fotografía y 2, depende de tu ego.
En el primer caso y disociándolo del segundo, me tomo la libertad de dar por supuesto que nos estamos entendiendo… que hay fotografías que hablan por sí solas y no tienen lectura más allá de la pictórica, que hay imágenes que sólo ocupan un espacio virtual, incluso físico, espacio que por cierto cada vez se nos queda más pequeño, fotografías tan abstractas que podrían tener el mismo número de interpretaciones como mentes pensantes seamos…
Hay algunas que son simple y puro deleite para la vista y otras tan propias del autor/a que exigen tu respeto para mirarlas.
En el segundo caso hablamos de ese ego que suplica éxito, reconocimiento, hacer algo que destaque sobre el resto (independientemente de la calidad de la fotografía), ser ingenioso/a… aquel que te hace firmar cada foto y acompañarla de una explicación, siempre.
El ego que puede venderse al mejor farol, el que no deja lugar a la pregunta, el que marca con su agua cada foto hasta cuando está en mi mente.
Y volviendo al comentario inicial donde se propone explicar toda obra para evitar interpretaciones erróneas, ¿Qué derecho tenemos lxs que seguimos vivxs a juzgar fotografías que nos han dejado sin ser explicadas?
¿Por qué tenemos derecho a debatir, a buscar una lógica, a encontrar una razón a un trabajo que no nos pertenece?
¿Cuánto cuidado hay que tener para no pervertir la obra ajena?
