Positivo directo en papel color*

Obtener una fotografía en positivo directo (esto es, sin la necesidad de un negativo intermedio) hoy en día no debiera ser algo digno de asombro. Sea cual fuere la cámara digital que utilicemos, desde un teléfono móvil hasta la más compleja de las réflex, la imagen capturada la vemos directamente en positivo, en la pantalla del mismo dispositivo, sin necesidad de revelados u otros pasos intermedios (bueno, hay ciertas conversiones electrónicas necesarias, que se realizan en forma casi instantánea). Pero conseguir una impresión en papel fotográfico color convencional (el que se usa para obtener fotografías color partiendo de un negativo), sin que se inviertan los tonos y colores, con métodos y materiales puramente analógicos, ya es algo que puede despertar la atención a más de uno.

La idea me la propuso la artista visual Vivian Galban, para ayudar a incorporarla en su Exposición en Tiempo Real, y fue el punto de inicio para la investigación y experimentación.

La teoría indicaba que efectivamente debiera ser posible obtener una imagen en positivo directamente sobre el papel fotográfico color convencional, realizando un primer revelado en blanco y negro, velando el material sensible, y luego un segundo revelado, está vez en color. Esto es, ni más ni menos, que replicar paso a paso y en forma artesanal, el proceso conocido como E-6, utilizado para revelar película diapositiva color. Pero en vez de utilizarlo con película, debíamos adaptarlo para trabajar con otro soporte, papel negativo color.

Una vez conseguidos todos los materiales, nos dispusimos a experimentar, y los resultados fueron realmente sorprendentes.

Para el que se anime a probar, el procedimiento inicia, revelando el papel expuesto con algún revelador para papeles blanco y negro. Puede ser el Kodak Dektol, Romek C2 o cualquier otro. Eso sí, como el papel color es sensible a todos los colores del espectro visible, este paso debe hacerse en total oscuridad, no se puede utilizar ninguna luz de seguridad, como cuando se trabaja con papel blanco y negro.

Una vez revelado, lo sumergimos en un baño de paro convencional. A partir de este punto se pueden encender las luces. El resto del proceso ya se puede hacer directamente a plena luz.

Enjuagamos la foto en agua corriente, y nos vamos a encontrar en el papel con una imagen negativa blanco y negro. Esto sucede porque el papel color contiene las mismas sales de plata que el papel blanco y negro, pero la emulsión, en este caso, consta de tres capas, cada una de ellas sensibilizada a un diferente color (azul, verde y rojo). El revelador actuó convirtiendo en plata metálica aquellas sales que recibieron luz en la exposición, formando las zonas oscuras de la imagen. Las zonas claras, aquellas que no recibieron luz durante la exposición, en cambio, aún contienen las sales de plata sin revelar, ya que no utilizamos aún ningún fijador para eliminarlas.

 Al encender la luz, estas sales de plata que aún permanecen en el papel, son justamente las que quedan expuestas, velándose completamente. Si bien el proceso E-6 contempla el velado a través de un baño químico, en este caso, para lograr la inversión de tonos, lo hacemos directamente exponiendo el material sensible revelado a la luz.

Lo que sigue son los pasos correspondientes al segundo revelado, utilizando los químicos del proceso RA-4, estándar para el revelado de papel negativo color. Primero se sumerge la foto en el revelador donde, la imagen negativa blanco y negro se transforma casi mágicamente ante nuestros ojos, en un positivo color.

En este caso, el revelador actúa sobre las sales de plata que quedaron en el papel y fueron veladas, es decir, las que no recibieron luz en la exposición inicial, por lo que no se revelaron con el revelador blanco y negro. Este químico, no solo convierte las sales de plata en plata metálica, sino que activa los copulantes de color que cada capa de la emulsión del papel contiene, formando la imagen con tintas de color.

Luego sigue el baño de blix (bleach + fix, blanqueador y fijador), que elimina tanto la plata metálica, como las sales de plata que hubiesen quedado (en teoría, ya no deberían haber quedado sales de plata sin revelar, por lo que se podría experimentar el proceso sin el baño de fijador...), dejando la imagen formada sólo por tintas de color. El proceso termina lavando la foto en agua corriente.

Cual receta de cocina, esta suerte de alquimia tiene sus bemoles. Por un lado, el proceso RA-4 requeriría trabajar con los químicos a 38°, pero en principio esto no sería necesario, ya que, al tener que revelar completamente el papel velado, no se deberían producir variaciones de color, por lo que puede trabajarse a temperatura ambiente sin problemas. Por otra parte, el balance de blanco del papel está calibrado para utilizarlo con negativos color que, si alguno recuerda, tienen una base de celuloide teñido de un tono naranja amarronado. Se debe utilizar en la exposición un filtro anaranjado para corregir el color, sino las fotos saldrán con una fuerte dominante cian.

Si bien es cierto que este procedimiento actualmente pareciera sólo servir para satisfacer alguna curiosidad sobre la química fotográfica, puede ser motivador para algunos locos o extravagantes que aún persistimos en utilizar la fotografía analógica como medio de expresión. Ya sea desempolvando alguna cámara de gran formato, o utilizando incluso cámaras artesanales caseras. Particularmente creo que puede ser de interés para los aficionados a la fotografía estenopeica, pudiendo obtener directamente positivos en color, sin necesidad de recurrir a negativos en papel.

También serviría para hacer copias papel partiendo de diapositivas, pero creo que hoy en día sería más sencillo escanearlas o hacer una retoma con una cámara digital…

  

*El artículo original puede verse en Las nueve musas.

 

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Ariel Till

Nací en Buenos Aires, Argentina, en 1968. Inicié mis estudios de fotografía en 1984, realizando los cursos Básico, Superior y de Iluminación en el Foto Club Argentino. En 2016 asistí al workshop “La fotografía como Arte Contemporáneo”, en la galería Rolf Art.

En 2006, la Federación Argentina de Fotografía me otorga la distinción Artista FAF.

A partir de 2008, actúo como jurado en los concursos fotográficos organizados por el Nuevo Foto Club Argentino.

Desde 2010 publico en el blog “Un poco de luz”, donde escribo acerca de fotografía y desde 2016 participo como redactor en la revista digital Las nueve musas.

He realizado las varias exposiciones individuales y colectivas. Las más recientes fueron “Filialidad” (Ciclo de muestras online Nuevo Foto Club Argentino, 2020), “Eclecticismo Vacacional” (Nuevo Foto Club Argentino, 2018), “Biografía” (Nuevo Foto Club Argentino, 2015) y “Diversidades” (muestra colectiva, Espacio Cultural Nuestros Hijos, ECuNH, 2015).

En 2021 publiqué el libro “Biografía/Filialidad”.

https://www.instagram.com/tillari/
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