Le damos la vuelta: Redscale
Cuando los carretes a color estaban a un precio asequible me permití hacer alguna prueba redscale. ¡Buenos tiempos aquellos!
Esta técnica (podríamos decir experimental) trata de hacer fotografías poniendo el carrete del revés, de manera que la luz entra primero por la parte del acetato y en segundo lugar, por la emulsión. Esto implica que todas las fotografías adquieran un tono rojizo que podremos “controlar” según si sobreexponemos o subexponemos la toma, obteniendo fotografías más anaranjadas o rojizas respectivamente.
Redscale con película Fuji 200
El proceso es sencillo: tenemos que introducir la película que vamos a exponer en un chasis que ya esté acabado, pegando la lengüeta de nuestro carrete al último trozo de acetato que resta del nuevo chasis que usaremos. En este momento es cuando tenemos que asegurarnos de que el film va a enrollarse al revés, de manera que cuando lo pongamos en la cámara la parte sensible esté de cara a nosotres.
Después de pegar las dos partes con celo hay que cerciorarse de que el carrete quede recto para que entre perfectamente y que el adhesivo esté pegado en su totalidad; entonces lo meteremos en una bolsa estanca a la luz y lo enroscaremos para transferirlo.
Si al acabar cortamos la película a uno o dos centímetros del final, ¡tendremos un nuevo chasis para realizar un nuevo redscale!
Redscale con película Kodak colorplus 200
En mi caso probé con Kodak Color plus y Fuji 200, jugando con las exposiciones según la escena en la que me encontrase y la luz del momento. Por ese motivo recomiendo usar una cámara mecánica, manual o semiautomática y poder tener el control sobre la exposición.
A la hora de revelar, si se hace en alguna tienda hay que avisar siempre de que es un redscale casero para que extraigan la película manualmente y que el celo no interfiera en el proceso de revelado. El escaneado naturalmente saldrá volteado en horizontal, pero nada que no se pueda corregir fácilmente.
Y tú, ¿Te animas a probar? ¿Cuáles han sido tus resultados?