¿Se puede hacer fotografía callejera en una provincia pequeña?
Soy Maxi, y resido en la provincia más pequeña de Argentina. Hoy, quiero compartirles mi experiencia en el mundo de la fotografía callejera.
En un principio, vivir en este rincón del país me hizo cuestionar si sería posible realizar fotografía callejera, especialmente al compararlo con las imágenes impresionantes que veía en libros. Sin embargo, conforme profundizaba en mi lectura e investigación, más me convencía de que el único obstáculo era mi propia percepción. ¿Realmente era necesario estar en Nueva York o poseer una Leica M3, al estilo de Cartier-Bresson, para lograr resultados notables? A medida que me hacía estas preguntas, comprendía que el único impedimento estaba en mi mente.
Mis primeras incursiones en la fotografía callejera las realicé a los 25 años. Inicialmente, pedía permiso antes de capturar las imágenes, utilizando una Nikon FE10 con un objetivo Nikkor 50mm 1.4 (que aún conservo). No obstante, pronto me di cuenta de que la conciencia del sujeto ante la cámara afectaba su naturalidad. Descubrí que disparar primero y disculparme después, utilizando elogios como técnica disuasoria, me permitía obtener resultados más auténticos sin terminar en situaciones incómodas.
Kodak T-Max 400 + Nikon FE 10 + Nikkor 50 mm / Kodak Proimage 100 + Leica IIIb
Con el tiempo, mi enfoque se desplazó hacia la fascinación por los autos. Fotografiar vehículos clásicos resultaba más sencillo, ya que sus propietarios eran receptivos a los elogios sobre sus tesoros y permitían fotografías sin reservas.
Fomapan 100 + Walzflex / Kodak Vision 3 250D + Novo 35 s2
Mi reflexión es simple: cualquier lugar está lleno de información valiosa, solo hay que aprender a observar. William Eggleston es mi máximo referente al explorar la belleza en lo cotidiano. Si tienen la pasión por la fotografía callejera, los animo a leer extensamente sobre fotografía y lanzarse a las calles.
Actualmente, utilizo una Leica IIIb, inicialmente desconcertado por su diseño con dos orificios cercanos, uno para enfocar y otro para componer. Sin embargo, encontré la clave en el libro Fotografiar del Natural, de Henri Cartier-Bresson. Siguiendo su técnica de aplicar la distancia hiperfocal indicada en el objetivo + un diafragma cerrado de f8 en adelante + una velocidad de obturación de 1/100, logro asegurar el enfoque y concentrarme solo en la composición. El primer rollo que utilicé con esta técnica me dejó asombrado.
Los libros siempre tienen la respuesta, por lo que mi consejo es que se sumerjan en ellos, salgan, caminen, observen. Hay un mundo hermoso allá afuera esperando ser capturado a través de sus lentes.
Fomapan 100 + Walzflex
