Annemarie Heinrich, pionera argentina del siglo XX

Autorretrato con hijos. 1947.

Nacida el 9 de enero de 1912. Su padre Walter Heinrich, era músico. Violinista profesional en la ópera de Berlín. Durante la Primera Guerra Mundial, fue herido y esto le impidió volver a tocar el violín. Su familia emigró hacia Argentina en 1926, asentándose en la pequeña ciudad de Larroque, provincia de Entre Ríos. Es entonces cuando comienza a aprender fotografía enseñada por su tío Karel, que había emigrado a Argentina anteriormente y ya trabajaba haciendo reportajes de boda, bautizos y celebraciones en pueblos de esa misma provincia. Cuando su familia se mudó a Villa Ballester, en el Gran Buenos Aires, Annemarie monta un primer cuarto oscuro de fotografía en la casa.

Una vez allí, conoce el estudio fotográfico de Rita Branger, con quien aprende las tareas de laboratorio, ayudada por el idioma alemán de ambas. Simultáneamente continúa su aprendizaje con Melitta Lang y asienta su dominio del género del retrato. En1930 abre su propio estudio, profesionalizándose.

A partir de esa década, junto con el gran desarrollo que en esa época tuvo la industria del cine y la radio, tomó fotografías a actrices y actores y a publicar las mismas en las revistas de espectáculo La Novela Social, Mundo Semanal, Cinegraf, SintoníaRadiolandia o El Hogar, entre otras.

La retratista de las estrellas

Durante décadas, Heinrich fue la fotógrafa predilecta de las celebridades argentinas. Sus retratos, caracterizados por una elegancia y sofisticación inigualables, capturaban la esencia de cada personaje. Más allá de simples instantáneas, sus fotografías eran composiciones cuidadas, donde la luz, el encuadre y la expresión facial se conjuraban para crear retratos inolvidables.

Sin embargo, reducir a Heinrich a una simple retratista sería una injusticia. Su obra, rica y compleja, nos revela una artista inquieta, que no se conformaba con los cánones establecidos.

Un universo personal y experimental

Paralelamente a sus trabajos comerciales, Heinrich cultivó un universo fotográfico más íntimo y experimental. En sus fotografías personales, la fotógrafa exploró temas como la naturaleza, el cuerpo y la identidad. A través de una mirada sensible y poética, Heinrich nos invitaba a reflexionar sobre la condición humana y la belleza de lo cotidiano.

Sus desnudos, lejos de ser provocativos, eran estudios sobre la forma y la luz, donde el cuerpo se convertía en un vehículo para expresar emociones y sensaciones. Heinrich fue una pionera en la fotografía de desnudo en Argentina, desafiando los tabúes de la época y abriendo camino para las generaciones futuras.

Desafiando roles de género y visibilizando a la mujer fotógrafa

En un contexto donde la fotografía era predominantemente un campo masculino, contribuyó significativamente a visibilizar la figura de la mujer fotógrafa y a redefinir los roles de género asociados a esta disciplina.

Heinrich logró construir una carrera exitosa, evidenciando que las mujeres podían ser igual o más competentes y creativas que los hombres en este campo. Su independencia profesional la convirtió en un modelo a seguir para otras mujeres fotógrafas.

En 1953, participó en la creación del grupo «Carpeta de los diez» y en 1979 fundó junto a otras cinco fotógrafas el Consejo Argentino de Fotografía, cuya misión es la difusión y estudio de la fotografía nacional y el intercambio con lo más sobresaliente de la producción mundial, y fue directiva de la Asociación de Fotógrafos Profesionales. Entre otras, formaban parte del consejo sus alumnas Sara Facio y Alicia D'Amico.

Fue jurado de la Federación Argentina de Fotografía y del Foto Club Buenos Aires, y Honorable Excelencia de la Federation Internationale de l'Art Photographique.

Serie manos. 1953

Annemarie Heinrich y Grete Stern: Un diálogo fotográfico femenino

Ya ha sido mencionado su especial interés en la participación de colectivos o favorecer el asociacionismo de fotógrafos, pero queremos destacar particularmente la relación, tanto personal como artística que tuvo con Grete Stern, otra fotógrafa de origen alemán que también terminó exiliada en Buenos Aires.

Ambas fotógrafas abordaron temas como la identidad, la feminidad y la relación entre el individuo y la sociedad. Aunque sus estilos eran diferentes, se pueden encontrar puntos en común en su uso de la luz, la composición y la narrativa visual.

Si bien Stern fue una de las principales exponentes del surrealismo fotográfico en Argentina, su influencia se hizo sentir también en la obra de Heinrich, especialmente en algunas de sus fotografías más experimentales. Igualmente, el marido de Stern, el también fotógrafo Horacio Coppola, formado en la Bauhaus, también influyó en su forma de mirar las escenas de arquitectura.

La amistad entre Heinrich y Stern trascendió lo artístico. Ambas mujeres compartían un mismo contexto social y cultural, lo que les permitió establecer un diálogo profundo sobre sus experiencias como fotógrafas y como mujeres en una sociedad patriarcal.


Falleció en 2005. Tenía su estudio en Callao y Las Heras, en el barrio porteño de Recoleta. Sus hijos, Alicia y Ricardo Sanguinetti, siguen la misma profesión en el mismo estudio.

Para saber más:

ParipéBooks ha publicado “inKomplett” el primer libro en Europa de esta fotógrafa. A través de las casi 300 páginas podemos recorrer su trayectoria desde la fotografía experimental a su trabajos para el Ballet o el mundo del varieté, los retratos característicos o su labor mas personal. Con textos en castellano, inglés y alemán, de Agustín Pérez Rubio y Clara Masnatta.

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