La búsqueda fallida y el giro inesperado, Stan De Zoysa
En el anterior blog post expliqué cómo logré ubicar al hermano de mi padre en un pueblo de 100 mil habitantes. Con la ayuda de un amigo local pude contactar con una profesora que enseñaba en la escuela de la zona. Mi objetivo era averiguar si alguien con el nombre de Lal De Zoysa tenía hijos en ese colegio.
Para mi sorpresa, la profesora conocía a mi tío. Me confirmó que él tenía una hija, pero mi alegría duró apenas unos segundos ya que me informó de que mi tío había fallecido unos años atrás y que su hija ya estaba en los Estados Unidos. Fue un golpe duro, estar tan cerca de encontrarlos pero llegar unos años demasiado tarde.
Me sentía enfadado y entristecido al mismo tiempo. ¿Por qué no empecé la búsqueda antes? Todo podría haber sido diferente si hubiera seguido mi curiosidad unos años antes. ¿Por qué ellos nunca me buscaron a mí? Eran preguntas que probablemente nunca tendrían respuestas. Poco a poco, fui olvidando el proyecto porque no había por dónde seguir. No tenía más indicios, no había más información, y la única pista que tenía llevaba a una persona fallecida.
El tiempo pasó y ya habían transcurrido dos meses desde que abandoné la búsqueda. Mi proyecto había sido un fracaso y me había apartado de la fotografía en general, necesitaba un descanso. Un día, mientras estaba en casa, recibí una llamada inesperada. Era la profesora, quizás solo para saludar y ver cómo estaba, pensé. Pero para mi sorpresa, me informó que acababa de recordar que había otra persona con el mismo nombre que mi tío y que este hombre estaba vivo. Tenía una hija y un hijo y vivían cerca de la misma intersección. Ella, por supuesto, no sabía quién de los dos era mi tío, pero me animó a investigar si eran ellos. Esto me tomó por sorpresa, ya que casi había olvidado por completo el proyecto, pero me dio una inyección de esperanza. ¿Sería él o simplemente otra persona con el mismo nombre? "Lal" era un nombre bastante común entre las personas mayores y mi apellido también.
Localicé el lugar donde vivía esta persona y planifiqué una visita. Era el verano de 2020. Recuerdo estar nervioso mientras conducía desde Colombo hacia el pueblo. ¿Qué iba a preguntar? ¿Cómo se inicia una conversación en esta situación? ¿Realmente son mi familia o solo son otras personas? ¿Recordarán de mí? Finalmente, llegué al lugar y recuerdo estar muy nervioso, pensando que si no eran mi familia sería mucho más fácil y no tendría que pasar por este momento tan incómodo. Reuní coraje y toqué el timbre. Pasaron unos minutos y salió un hombre mayor, aparentando tener unos 60 años. A medida que se acercaba, noté una similitud con la persona que estaba en las fotos del funeral. Aún llevaba el bigote y el mismo peinado, no había duda de que era el hermano de mi padre.
Sinceramente, no recuerdo cómo comenzó la conversación, pero efectivamente era el hermano menor de mi padre. Me presentó a su esposa y nietos y unas horas después, se unió a nosotros su hija. Hablamos durante horas y mi tío me explicó dónde vivían las dos tías que aparecían en las fotos del funeral. Ellas residían en Rajanginiya, un pueblo rural situado a unas 5 horas de la capital.
Me despedí de todos y planifiqué mi siguiente viaje hacia Rajanginiya para ver a las hermanas de mi padre. Hace unos meses ya había dado por perdida la búsqueda, pero ahora todo había dado un giro inesperado. Mi siguiente parada era Rajanginiya.
Continuaré compartiendo mi viaje en los próximos meses. Ha sido una búsqueda épica de cinco años, llena de altibajos emocionales. Aunque haya enfrentado obstáculos y decepciones, esta nueva oportunidad me llena de esperanza y emoción. Espero que mi historia inspire a otros a buscar sus raíces familiares y descubrir las historias increíbles que se esconden en su pasado.
Y hasta aquí el relato de este capítulo de Where were you, when I didn't miss you?, una interesante historia familiar que Stan DeZoysa irá revelándonos con el paso de los meses.
¿Qué te está pareciendo? ¿Tienes alguna historia similar?