Todos somos iguales, Ricardo Ramírez Hamburger
Aprovechando este espacio que me ha brindado Disparafilm, continúa esta serie de reflexiones acerca del proyecto fotográfico que adelanto en el club de boxeo Aníbal González, con el cual me gané el segundo puesto de la beca Disparafilm, quienes financian su realización hasta noviembre de este año. De mi parte, trataré de mostrar el proceso, los pensamientos y las decisiones que vaya tomando en el proceso de creación y documentación de esta serie.
Cuando estoy en el club, es normal que me hagan la misma serie de preguntas:
- ¿Las fotos que haces para quién son?
- ¿Trabajas para un periodico?
- ¿Son fotos para las redes sociales?
En realidad, suelo dar distintas respuestas. No todo el mundo comprende que hago un proyecto fotográfico ni el porqué lo hago. Tiendo a resumir mi labor con el nombre de ¨reportaje¨ o de colaboración entre el club y yo. Son preguntas que suelen costarme. Trato de no hacerme notar y cuando alguien fija su atención en mí y en lo que hago, me tiento a sentir un tanto desenmascarado. Sin embargo las conversaciones que pueden llegar a salir de ese momento logran ser muy enriquecedoras.
Uno de los boxeadores más veteranos, en medio de una conversación sobre el proyecto, hizo esta reflexión en cuanto a la variedad de personas que hacen parte de este espacio:
Mira que aquí: un poco de todo. En el club hay personas de todos los estratos sociales. Desde el más bajo, hasta de los más altos. Incluyendo muchos extranjeros que vienen a entrenar. Pero a la vez aquí todos somos iguales. Nos tratamos de igual a igual; de alguna manera esas barreras que existen afuera, acá se van.
Esto se me quedó muy grabado en mi cabeza. En una ciudad como la nuestra, Cartagena de Indias, son pocos los lugares donde te sientes al mismo nivel social con otras personas. Siempre hay ciertas diferencias que te dejan palpar la desigualdad con la que cohabitamos permanentemente como sociedad.
En el club te puedes encontrar con personas de todo tipo. Chicos que van al colegio, jóvenes que prestaron el servicio militar hace unos años, mujeres que buscan ser boxeadoras profesionales, extranjeros que hablan poco español, pero que entienden las indicaciones de los entrenadores a partir del lenguaje corporal; gente muy extrovertida, como personas irremediablemente tímidas y un gran etcétera.
Pero esto sólo sale a la luz si haces ciertas preguntas y recibes ciertas respuestas. De lo contrario, es algo que no puedes percibir a primera vista.
Creo que es algo hermoso de los deportes en general. Todos somos iguales al momento de entrar a un ring de boxeo, a una cancha de fútbol, a un velódromo o a una piscina. Estamos ahí, sin nada más que nuestros cuerpos, habilidades y capacidades. Pero aun así, puede haber espacios de actividad deportiva donde sea difícil desprenderse de todo aquello que la calle y la sociedad nos impone. Esto en el Club de boxeo Aníbal González no pasa, todo lo contrario. Ahí podemos decir “todos somos iguales”.
Nota técnica: Las fotos mostradas en este trabajo han sido de las últimas reveladas del proyecto. Fueron hechas con Tri-x 400 forzado a 1600. Revelados por mí con Kodak X-Tol. Hechas con mi Nikon Fm2n con un sigma 24mm f2.8 y un Nikkor 50mm f2.