Reuniéndome después de décadas: Stan DeZoysa

En el último capítulo de mi búsqueda familiar, compartí el emocionante encuentro con el hermano de mi padre y descubrí que tenía primos que ni siquiera sabía que existían. Este viaje hacia mis raíces ha sido un viaje de autoconocimiento y la travesía continuó hacia Rajanginiya, un pueblo rural lleno de historia y tradición.

Unas 5-6 horas en coche desde la capital de Sri Lanka, el viaje a Rajanginiya no fue una tarea sencilla. El entorno rural, la falta de conexión a internet y los caminos desafiantes, añadieron una dosis de aventura a mi búsqueda. Llegar al lugar implicó atravesar ríos y carreteras de tierra, pero el anhelo por reunirme con las hermanas de mi padre superó cualquier obstáculo.

Mi primera impresión al llegar fue abrumadora. La hermana mayor de mi padre, a quien recordaba de mis primeros años, estaba postrada en la cama, enferma. Desde que contacté con ella hasta que llegué al pueblo transcurrieron unos días, en los cuales ella estuvo llorando, se pensó que me iría del país sin visitarla. La emoción de verme era palpable en sus ojos. Fue un encuentro lleno de nostalgia después de más de 35 años de separación. La hermana menor, serena y de pocas palabras, cuidaba a su hermana mayor. Vestida de blanco, siguiendo la costumbre budista, mostraba la fuerza de los lazos familiares incluso en tiempos difíciles.

Sin embargo, la vida tiene su propia línea de tiempo y unos meses después, mi tía mayor falleció. Aunque la tristeza fue inevitable, me reconforta haber compartido ese último contacto significativo con ella antes de su partida. Esa reunión reveló historias perdidas de nuestra historia familiar que me acompañan desde entonces.

Este viaje ha sido una montaña rusa emocional, pero a medida que nos unimos como familia extendida, la conexión se fortalece. La intención de realizar más visitas en futuros viajes me llena de expectativas y emoción. Cada encuentro es una oportunidad para descubrir más sobre mis raíces y fortalecer los lazos que el tiempo intentó distanciar.

En el próximo blog escribiré sobre desafíos de trabajar exclusivamente en analógico. Desde las complicaciones de viajar con carretes en el avión hasta las estrategias para sobrevivir a los precios ascendentes del material. Asimismo, también compartiré detalles sobre las cámaras que forman una parte esencial de mi proceso creativo.

Stan De Zoysa

Nací en Sri Lanka y emigré a Europa a los 19 años. Desde 2001 resido en Barcelona. Ingeniero Logístico de profesión descubrí la fotografía cuando me topé con el trabajo de mi suegro realizado en Budapest en los 80s.
Como fotógrafo, estoy interesado en capturar la cruda esencia de la vida con el color jugando un papel importante en la forma en que pretendo representar mi punto de vista. Las imágenes son mi respuesta, tanto emocional como visual, a la situación que se desarrolla ante mí.
Mi trabajo podría describirse como colorido y sutil; sin embargo, las situaciones ingeniosas, los acertijos visuales y su imaginación a menudo pasan a primer plano.
Fui premiado en varios festivales internacionales de fotografía callejera, exhibido internacionalmente y he sido publicado en varios medios impresos y en línea.
Tras mis inicios en la fotografía callejera, he girado el objetivo hacia el interior trabajando en un diario visual de mi vida personal, familiar y de relaciones.

http://www.instagram.com/lone_rider_stan
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