Brutal, Carlos Traspaderne
Nacido en 1983 en Logroño, Carlos estudió Historia del arte y Comunicación audiovisual en la universidad de Salamanca. Con la fotografía empezó de pequeño, con una canon A1 de su padre que usaba cuando iban de excursión. Durante la carrera de Historia del arte, en el 2001-2002 hizo algo de fotografía analógica en una asignatura optativa, siendo el inicio de su trayectoria fotográfica. A partir de ahí, realizó algún cursillo de revelado con 15-16 años en la Agrupación Fotográfica de la Rioja.
Desde hace unos años trabaja en la Casa de la Imagen en Logroño, llevando el archivo histórico, haciendo exposiciones, trabajando en la recuperación de autores de la zona y de fuera e investigando sobre la vida y obra fotográfica de los autores.
Lo que nos ha llevado a entrevistarle es a través de conocer su trabajo sobre la arquitectura brutalista, que para ponernos en contexto nos explica:
“El brutalismo comienza como una reacción por parte de algunos arquitectos surgidos en los años 50 que deciden romper con la dinámica que hasta entonces se veía, esto es, edificaciones en forma de cubo (rascacielos) surgida del movimiento moderno, de cristal, que siempre eran iguales en todos los lugares del mundo”.
Estos nuevos artistas toman como maestro a Le Corbusier, que usa el hormigón como material moderno, realizando entonces obras muy personales cercanas a la escultura y dando cada autor su toque personal. El nombre de brutalismo se germina en Inglaterra, expandiéndose muy rápidamente a Estados Unidos, Francia, España y llegando al bloque comunista.
Esta nueva manera de crear arquitectura influyó en la evolución socio-económica y política de las ciudades:
Para ser moderno, hay que hacerlo así.
Durante lo siguientes años, nacerán en todos los países un ejemplo de arquitecto o arquitectura brutalista: en España, por ejemplo, tenemos a Miguel Fisac o Saenz de Oiza, en Brasil a Oscar Niemeyer y en India la ciudad de Chandigarh, donde la mayoría de edificaciones son brutalistas. Así, el bloque soviético le da un toque lujoso, como por ejemplo en Praga, donde encontramos el Teatro Nova Scena con toques mármol.
El brutalismo también trata sobre la honestidad de los materiales con ciertas notas morales; si es hormigón, que se vea que lo es… Para que un edificio sea brutalista, pues, se marcan unas notas como la mencionada honestidad de materiales, una estructura clara y un sentimiento escultural del edificio.
Acerca de su trabajo sobre brutalismo, empezó en 2015 a partir de indagar en este tipo de arquitectura, que en aquella época era menos conocida. Vio que en foto estos edificios quedaban bien y acabó metido en un bucle un tanto obsesivo: desde indagar en el tema, tarea que le apasiona, ir a hacer las fotos… y definiéndolo como un proyecto continuo donde la parte de investigación puede llevarle semanas: una web muy socorrida para encontrar la situación de estos edificios por el mundo es SOSbrutalism, aunque en general cuesta encontrar información sobre estas construcciones, nos comenta.
Cuando empezó buscaba en libros de los años 60 y 70 que encontraba de segunda mano. En Google maps, mirando “con el hombrecito”, ha encontrado algunas joyas, confiesa. Aprovecha a visitar esos lugares cuando se va de viaje: después de hacer un poco de turismo típico de la ciudad que visita se escapa para hacer las fotos de brutalismo. Siempre aprovecha las visitas a las ciudades, mezclando lo típico del lugar con su proyecto fotográfico. Ha visitado y fotografiado países como España, Francia, República Checa, Italia, Eslovaquia, Croacia, Austria, Reino Unido, Luxemburgo.
A la hora de fotografiar sigue ciertas pautas aunque la mayoría de veces es el propio edificio el que le dirige sobre la fotografía: Según la luz, el edificio propiamente, la situación climatológica...
Lo bueno del brutalismo es que hay en todos los sitios.
La primera foto que hizo fue de Torres Blancas en una visita a Madrid. A partir de ahí continuó haciendo más fotografías a edificios brutalistas y cuando acumuló muchas de ellas, vio que podía tener una serie. La idea de hacer el libro BRUTALISMUS (primer libro fotográfico sobre brutalismo en español) fue en parte por el interés de la gente. Lo iniciaron a través de Crowdfunding con una aceptación sorprendente, con gente de todo el mundo (casi más gente del extranjero que de España). La primera edición fue en marzo del 2022 y actualmente van ya por la tercera. Acompañando la lectura del libro, Carlos incluye una playlist de Spotify con varias listas de música Krautrock. Estima que en ver el libro se tarda unos 40 minutos, más o menos el tiempo que dura cada uno de los discos que recomienda.
“Así tendrías una visión diferente cada vez que abres el libro”.
El próximo destino será volver a Luxemburgo e ir a Colonia, pues se da cuenta de que en Alemania es donde más edificios brutalistas hay.
A pesar de haber publicado el libro sigue haciendo fotos de esta temática compaginándolo con el proyecto en el que ahora se ve inmerso, un trabajo sobre los Silos, disparado en gran formato y ejecutando el proyecto mediante rutas en coche, aprovechando los alrededores de donde vive o durante sus viajes. Este proyecto trata sobre los Silos que se conservan desde la época de Franco, creados por el ministerio de agricultura y siendo “parecidos pero diferentes” entre ellos…de este trabajo le interesa el contexto, los alrededores, el paso del tiempo y la comparación entre ellos y su evolución (en la actualidad algunos de ellos son hoteles o museos).
Sobre la técnica en sus fotografías apuntar que actualmente se revela él mismo los carretes en blanco y negro, que es lo que más hace en su trabajo personal. La mayoría de fotografías de medio formato las hace con Ilford FP4 y ya en gran formato (4x5 y 13x18) usó la misma película hasta que subieron precios y cambió a Fomapan 100, película con la que dice estar muy contento. Para revelar usa Ilford ID11(que sería el símil al D76 de Kodak) a 1+3.
Reconoce que le gusta más revelar que ampliar, posiblemente por su alto grado de perfeccionismo, que hace que las copias se le hagan muy complicadas. En favor de eso, digitaliza y ajusta los negativos.
Sobre la película, dice que le da un grano suficientemente fino, un rango tonal aceptable y poder fotografiar sin trípode.
A lxs que es gusta el cacharreo, mencionar que tiene una Hasselblad 500 que encontró de segunda mano en un estudio y con la que hace la mayor parte de su trabajo. Además, dispone de dos Rolleiflex, una de ellas la SL66, una Voigtlander de los años 30 y una Yashica 6x6. En gran formato tiene una Sinar 4x5, una Wista 4x5 y ya de 13x18, una japonesa Rittreck view de campo, metálica.
Previo a BRUTALISMUS tiene RIBERIA, proyecto premiado con la XXXI Muestra de Arte Joven de La Rioja que trata el paisaje humano a orillas del rio Ebro, realizado con una Hasselblad.
Todos sus proyectos tienen un trasfondo detrás, le interesa lo que el hombre crea, lo que altera y cómo transforma la naturaleza y no tanto la humanidad puramente dicha. Qué construcciones crean, cómo evolucionan… cree que todo eso habla más de las personas que las propias personas, teniendo éstas más fachada que los propios edificios.
Si os interesa el mundo de la arquitectura brutalista, aquí os dejo un video sobre Saenz Oiza y por supuesto, invitaros a visitar el gran trabajo de Carlos Traspaderne en sus redes sociales.
Es una maravilla conocer gente con proyectos de esta calidad y que ceden parte de su tiempo a compartirlo.
¡Espero que hayáis disfrutado de este artículo y de las magníficas fotografías de Carlos!