Cristóbal Hara (II): ¿Qué significa esa mirada del torero?

¿Qué hay detrás de esos ojos? Esta foto es importante. No sé qué significa esa mirada, pero yo he estado allí, la he visto, he jugado en ese campo de fútbol. Es un tarro de esencias que se abre y esparce su tesoro, la memoria de la España rural de los años 80. Y Cristóbal Hara me vuelve a colocar allí.

Merece la pena rescatar esto que dijo el fotógrafo en una entrevista que le hizo Ana Morante en el programa de Radio Nacional “La radio tiene ojos”:

Yo trabajaba en Cuenca. Al principio, como era un personaje singular que estaba todo el día sacando fotos, los niños me decían: “Oye, sácame una foto, Cristóbal”.

Había un chico que era lazarillo de un ciego... Cuando llovía, de vez en cuando metía al ciego por los charcos y nosotros lo veíamos. Cuando el ciego se daba cuenta le daba unos capones... Entonces un día me dice:

- Oye Cristóbal, que me he hecho torero. Ven a verme que voy a torear a Zafrilla. Nos sacas unas fotos.

Fui, y era fantástico. Hacían una plaza, todavía con las ruedas de los carros, grandes, cerraban el círculo con tablas. Era una cosa de otro siglo. Yo tenía coche.

-Vente, Cristóbal, y nos llevas.

“El Zorris”, así se llamaba el chaval. También le decían “El Calambres”. “Maletilla” era un insulto. Ellos se llamaban a sí mismos “aficionados” o “capas”.

[...]
Estuve viajando con ellos seis años. Pero claro, yo no sabía que esa era la última generación de maletillas.
— Entrevista a Cristóbal Hara en RNE

Una historia de un lazarillo como esta que cuenta Cristóbal Hara redondea la foto, acota su significado. Pero lo grande de esto es que la foto por sí sola ya estaba más que acotada. Sin explicación alguna, era fácil imaginar a nuestro maletilla exclamando “¡Mi paraíso panal! ”, como exclama el amo del Lazarillo de Tormes cuando se “encuentra” con un pan en la mano (robado). Una escena jocosa, y de pobres. Circunstancias difíciles.

Es un mundo más cercano a Goya que a la era de Internet y la IA. Y no me refiero específicamente a los temas taurinos ni a las pinturas negras, sino a las escenas campestres, por el tipo de diablos que aparecen en ellas. Esta foto es un resorte que nos conecta con las tripas de la memoria de millones de españoles que vivimos los años 80 en zonas rurales.

¡Flash o no flash! Técnica, ¡lejos de mí la funesta manía de pensar en técnica! ¡Soy yo! El torero me está preguntando a mí. Ese es mi abuelo, mi tío, mi amigo, el mayordomo de las fiestas, el borracho del pueblo, el trovador alpujarreño que entona “Mi burrita Catalina” con el sol y sombra en la mano. Esa foto me está preguntando por mi identidad. Alguien podría decir: está mal iluminada, el paisaje no acompaña... Entraríamos en el proceloso mundo de ponderar la valía de una foto por la técnica. Eso no funciona. Aunque la realidad es que, técnicamente es perfecta.

Si el maletilla no confía en el fotógrafo, es imposible esa instantánea. No se puede sacar una foto así sin complicidad. Es esa mirada, en ese campo de fútbol, que revienta la presa de los recuerdos. Todo sale. De golpe.

¿Dónde estará ahora ese capa?

Isidoro Villena

Isidoro Villena Reinoso es ingeniero informático aunque tiene alma de historiador. Apasionado de la Historia del siglo XX, en especial las dos guerras mundiales, ha traducido del alemán dos libros para la editorial Salamina y mantiene un blog de reseñas libros de Historia del siglo XX desde el año 2008. Ha traducido artículos para la revista Desperta Ferro y publicado en el portal literario Zenda. Desde hace unos años es aficionado entusiasta de la fotografía, en especial analógica, y centra su interés en el significado de la fotografía a lo largo de la Historia, y de la imagen en general.

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