Cristóbal Hara (V): El trabajo de Hara es un chiste humanista
El trabajo de Hara es un chiste humanista, visto foto a foto, y todo en su conjunto.
Cuando se hace una broma se está haciendo un llamamiento a la inteligencia. Para que el plan salga bien necesitamos el juego mental, la sensualidad intelectual que, una vez reconocida la genialidad del planteamiento, lo premiará con una sonrisa. ¡Muchas de sus fotos son un chiste! Eso es extremadamente difícil.
¿Cómo lo hace? ¿Cuál es la capacidad de trabajo de Hara? Si uno lo escucha hablar, percibe rápidamente que tiene mucho gusto por la comedia. En la entrevista citada en otro artículo (Ana Morante lo entrevista en el programa “La Radio tiene Ojos”, de Radio Nacional), cuenta la historia de una foto. Había un hombre vestido de penitente y muchos fotógrafos alrededor de él. En esas, un lugareño se subió a un poste de la luz para ver mejor la procesión, y eso fastidiaba la escena de los fotógrafos. Cuenta Hara que empezaron a decirle: “¡¡¡¡Ehhhh!!! ¡¡ Hijo de puta!! ¡Bájate de ahí! ¡Bájate, que nos estás jodiendo la foto!” Ese momento – recuerda – es el que yo buscaba. Lo que le fastidiaba a los otros fue lo que me proporcionó la captura:
Muchísimas de sus fotos ya llevan a cuestas esa genialidad que es provocar risa.
Parece ser que él es reacio a comentar en demasía su trabajo. En sus libros no escribe. Sólo habla mediante las fotos. Y en mi opinión hace bien, porque son extremadamente elocuentes. Hay un esquema en sus imágenes que se repite una y otra vez: 1) La propia situación que te saca una sonrisa, y 2) la composición, tan extremadamente audaz, tan sui generis, tan, no sé decirlo de otra forma, efectiva. Y el color cataliza.
El chiste casi siempre va de las cosas patateramente españolas. Nos dice: “¡Mirad, mirad ese espejo!, ¡Estáis ahí!”. Pero dicho como lo dice un artista, alguien que ve más que el resto de los hombres.
El ambiente rural, los animales, los árboles como elemento disruptivo, los santos y los curas, las calles de los pueblos, los vestidos estampados de las viejas. Nada de eso es humorístico por sí mismo. Nada. Pero él configura las capturas para provocar el clic intelectual, el juego, la sonrisa.