Esteno… ¿qué?
Desde el año 2001, el último domingo de abril se celebra el Día Mundial de la Fotografía Estenopeica.
Este nombre no dirá nada a todas esas personas para las que la fotografía es, simplemente, eso que se coloca en el carnet de identidad para que se nos pueda “reconocer”. Sin embargo, a los amantes de la fotografía como forma de expresión, principalmente a los que trabajan la fotografía analógica, decir estenopeica es como decir origen.
Sí, efectivamente, origen, ya que toda la fotografía está basada en el principio de cámara oscura que rige en la fotografía estenopeica.
El conocimiento de la cámara oscura se remonta al menos cinco siglos a.C. y se ha utilizado para, entre otras cosas, proyectar imágenes en cualquier superficie y poder, de esta forma, copiarlas a mano.
Pero no es hasta la aparición de soportes fotográficos, cuando podemos hablar de fotografía estenopeica, ya que desde ese momento, podemos obtener y reproducir imágenes de forma directa.
El funcionamiento es sencillo, basta un recipiente de cualquier material, que sea estanco a la luz y que esté pintado por dentro de negro mate, donde en una cara le hacemos un agujero de un diámetro determinado y en la cara opuesta colocamos nuestro soporte fotográfico, bien sea papel que es lo habitual, o película fotográfica. También es posible utilizar latas de cualquier tamaño.
Tiene además el plus de que, habitualmente, es el propio fotógrafo el que se fabrica sus cámaras, por lo que la satisfacción con los resultados obtenidos es aún mayor si estos cumplen las expectativas que se tenían antes de fabricar el artilugio.
Esta sencillez del proceso unido a que las cámaras son habitualmente caseras, puede hacer pensar que la fotografía estenopeica es un proceso con poco interés, pero nada más lejos de la realidad, dado que este tipo de fotografía requiere, si se pretenden obtener resultados de una cierta calidad, una serie de conocimientos que hay que aplicar en la construcción de la cámara y estar familiarizado con los conceptos de distancia focal, plano focal, f-stop, así como conocer lo que es el ISO del negativo que vamos a emplear y saber calcular el tiempo de exposición correcto para obtener la foto deseada y una serie de fórmulas matemáticas para el cálculo adecuado de todos los parámetros. En resumen, hay que saber de fotografía.
Las copias obtenidas son únicas y no siempre se conoce el resultado antes de tener el propio negativo revelado en la mano, lo que dota a este proceso de un alto valor artístico y de una incertidumbre adictiva.
En España, autores como el guipuzcoano Ibon Azpilikueta que ha llegado a retratar nada menos que los Sanfermines con cámara estenopeica (y así lo contó en Disparafilm) o la burgalesa Natalia Izarra, que ha convertido su “furgo” en cámara y laboratorio, son un ejemplo actual de artistas que utilizan esta técnica para sus trabajos.
Disfrutemos de la fotografía estenopeica no solo el último domingo de abril y démosle difusión a esta técnica, hasta que consigamos que nadie, al oír fotografía estenopeica, pregunte ¿esteno, qué?