El Tugurio Fotográfico, Argentina.
José Maldonado aprendió fotografía durante su carrera en periodismo en el 2000 y posteriormente trabajó revelando y escaneando carretes.
Durante la pandemia, junto con algunos compañeros surgió la idea de hacer una revista sobre fotografía a la que llamaron La terapia fotográfica, diseñada para ser impresa por cualquier persona desde un archivo digital.
Por otro lado José creó El Tugurio fotográfico, un espacio situado en un apartamento en Buenos Aires, Argentina, el cual define como un proyecto comunitario donde en lo físico se describe como un “antro de fotografía” donde hay acceso a una biblioteca y al laboratorio, se cursan diversos talleres y además se exhiben muestras fotográficas mientras que en el plano virtual, encontramos variadas charlas sobre fotografía. Salvando las distancias, dice, su intención es crear un espacio con la filosofía de Alfred Stieglitz, el cual estaba convencido de que la fotografía, más que un recurso, era arte en sí misma y merecía ser tratada como tal.
Las muestras fotográficas son gratuitas a todo el público y le gusta que en ellas haya una tensión y un cuestionamiento de la vida y la fotografía en sí misma.
Por otro lado realizan talleres de pago a costes populares, como Fotografía básica, Creatividad, Fotografía estenopeica, Lightroom o de Laboratorio fotográfico los cuales intenta que tengan alguna particularidad extra que los diferencie del resto de la oferta en cursos sobre fotografía.
Su sistema de financiamiento es a través del aporte de los usuarios y usuarias: mediante la compra de unos “cafecitos” se puede apoyar el proyecto desinteresadamente, obtener alguna recompensa o bien hacerse Camarada del lugar. En el último caso, el acceso al laboratorio y a la biblioteca son gratuitos, así como en el futuro, el acceso a la visualización de contenido online.
Con la colaboración de Focal_arg vende cámaras analógicas y por su parte, José revela y digitaliza carretes en color y blanco y negro.
El futuro de El tugurio está lleno de propósitos como montar un estudio fotográfico para como no, usarlo de manera colectiva, mejorar la página web para que sea también un espacio donde los camaradas puedan tener sus porfolios, hacer un blog con noticias e intentar crear barrio mediante descuentos en tiendas aledañas.
Entender el arte y el arte fotográfico desde el lugar como el espacio propio es resistencia.
A finales de año le gustaría sacar una nueva entrega de La terapia fotográfica, que imprimirá por un coste mínimo o bien venderá en formato online para que cada une se la imprima si desea.
A nivel virtual podemos encontrar su cuenta de Instagram y canal de YouTube donde encontraremos publicaciones sobre biografías de fotógrafos y fotógrafas y por otro lado, charlas con personas relacionadas con el mundo de la fotografía.
El tugurio fotográfico es un espacio donde como vemos, invita a toda persona interesada en fotografía (digital o analógica) a crecer, experimentar y sobre todo, a compartir este arte de una manera muy desinteresada y generosa por parte de José. Desde Disparafilm deseamos que este proyecto crezca hasta donde se merece y que pueda llegar a ser un espacio de refugio para aquellos y aquellas que quieran crear una bonita comunidad fotográfica.
¡¡Larga vida a la fotografía!!
