No lo entenderás si no vas más despacio

Disparar en película es una opción, como también lo es recurrir al archivo. Es decir, no producir más materia física, sino ir hacia una materia conceptual. Revisar aquello que ha pasado y otorgarle una mirada hacia el presente es otra de las tareas que tienen que ver con lo fílmico y con lo analógico.

Desde negativos anónimos encontrados en la calle hasta los carretes sin revelar de la expedición al Polo Norte de 1897 (1), pasando por el found footage y su apropiación, la mirada hacia aquello que ha sido guardado, olvidado o perdido cautiva a la vez que conmueve. Alrededor de todos ellos hay un halo de misterio que invita a desvelarse.

El archivo siempre estará pivotando entre el deseo de preservar y la inevitabilidad de la pérdida.

Son muchos los artistas que exploran este campo. La imagen fotográfica se abre en significantes, y eso mismo es lo que le otorga una nueva dimensión. La duda, el imaginario y la materia comienzan a superponerse a la memoria. Estos proyectos nos interpelan y ponen de manifiesto la existencia de más de una realidad, así como la ausencia de un único tiempo.

Si los viajes del siglo XIX eran para explorar la geografía, los del XX lo fueron para explorar la psique, lo minúsculo y lo que no se ve. Ahora, en esta época donde sentimos que ya todo se ha inventado, en la cual las vanguardias y la experimentación se dieron hace más de 100 años, revisar los propios pasos o hurgar en las memorias propias o desconocidas es un camino que se dirige y se sumerge hacia las profundidades de la identidad y explora –desde una nueva perspectiva– el propio lenguaje de la imagen fotográfica.

Nos preguntamos qué hacemos y cómo llegamos hasta aquí, dentro de un mundo que con frecuencia nos muestra su cara más oscura. Por qué mueren los que no deberían. Miramos con lupa ese rostro congelado en el tiempo y que dirige su expresión fuera de cámara. ¿Hacia dónde y qué estaría mirando? Rascamos la foto y, en su materialidad, esperamos encontrar alguna respuesta; sin embargo, la única que hallamos es la de seguir creando y diseñar una ficción, porque ya aprendimos que, como artistas, hay que mentir para decir la verdad.

La fotógrafa Carol Galiñanes ha trabajado recientemente con material encontrado de su padre que aún estaba sin positivar. En su tarea de rescate, se sumergió en el laboratorio y, como si invocara fantasmas (la fotografía siempre está rodeada de ellos), vio aparecer la figura de su madre: joven, desconocida para ella, pero en ese instante más cercana que nunca. En la intimidad de la mirada, madre e hija volvieron a encontrarse.

Bajo esa premisa, el trabajo continuó y tomó forma en un fotolibro de poderosa narrativa, tan emotivo como reflexivo. En él, la imagen muestra sus traumas –como los ha denominado Joan Fontcuberta– aunque aquí no son visibles. Vemos las “arrugas” y marcas que deja el paso del tiempo. A través de sus close-ups, Carol nos invita a cuestionarnos qué más podemos ver, qué es lo que se encuentra más allá de la fotografía. Nos obliga a detenernos, a pasar las páginas con lentitud, como Auggie le sugiere a Paul Benjamin en la película Smoke (2). Es en esa pausa, en ese gesto de contemplación, donde sucede el encuentro, lo que provoca un instante revelador en la narrativa, en el que el personaje reconoce y se emociona al ver a su mujer en una de las fotografías.

Difícilmente logremos desprender a la fotografía de su fuerza por traer el pasado al presente. Y aunque podamos desconfiar de ella, sigue siendo huella y vestigio y nosotras, detectives con el privilegio de desentrañar su secreto.

Para hacer realidad Era Mentira, el emotivo y potente fotolibro de Carol Galiñanes, las editoras de non finito han lanzado una preventa hasta el 24 de febrero.

Enlace a la preventa: https://www.nonfinito.es/product/era-mentira-preventa              

Más información: https://www.instagram.com/nonfinitoediciones/

Notas

  1. El ingeniero sueco Salomon August Andrée lideró en 1897 una expedición en globo con dos compañeros. Su rastro se perdió hasta 1930, cuando se hallaron sus restos congelados junto a una caja con película expuesta y cartas escritas por el fotógrafo Nils Strindberg, dirigidas a su novia Anna.

  2. Smoke (Un cuento de Navidad en España) es una película independiente estadounidense de 1995 dirigida por Wayne Wang y escrita por Paul Auster.

Lucila Bodelón

Lucila Bodelón es fotógrafa, artista visual, docente de arte y poeta. Ama los libros y bailar. También los bares donde reunirse con amigos y desconocidos para conversar sobre la vida, el arte y otras aventuras.

https://www.bodelon.info
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