AP Photo: Guardiana de la fotografía analógica en España
En Barberà del Vallès, provincia de Barcelona, existe una empresa que se niega a dejar morir la magia de la fotografía analógica. AP Photo no es solo una distribuidora de productos fotográficos sino la última fábrica en España (y del mundo) de productos para fotografía analógica. El último vestigio de lo que fue un mercado enorme y una esperanza para quienes aún creemos en el poder del celuloide y la química fotográfica, con más de 46 años de historia a sus espaldas.
Una visita reveladora
Recientemente, tres miembros de Disparafilm, Ferran, Nuria y yo mismo, tuvimos la increíble oportunidad de visitar las instalaciones de AP Photo en Barberà del Vallès de la mano de Oscar G. Farell, director de marketing y community manager del Grupo AP Photo, quién pertenece a la tercera generación familiar de esta empresa. Fue una experiencia fascinante que nos reafirmó que la magia de la fotografía analógica sigue más viva que nunca, gracias a la dedicación de quienes continúan fabricando los productos esenciales para revelar, positivar y manipular la película fotográfica.
Al entrar en el almacén, nos sentimos como niños en una tienda de dulces, abriendo bien los ojos. Las estanterías repletas de película Kodak y papel Fuji eran un festín visual para cualquier amante de la fotografía analógica. Cada rollo, cada hoja de papel, parecía susurrar promesas de imágenes por crear, de momentos por capturar. Nos lo habríamos llevado todo.
Fuera de bromas, lo que realmente nos impresionó fue ver las máquinas en funcionamiento y los moldes para inyección de plástico. Observar cómo se fabricaban estos productos que tanto usamos (marcos y archivadores para dispositivas o pinzas para manipular las fotografías en el laboratorio, era lo que estaban produciendo en aquel momento de nuestra visita) fue como presenciar un acto de magia industrial. Cada pieza, cada accesorio, cobraba vida ante nuestros ojos, recordándonos que la fotografía analógica en España no es historia, sino un presente vibrante y palpable.
Historia de innovación
AP Photo Industries, con sus raíces en PHOTO-PLASTIC, S.A., la empresa que inició el grupo, fue fundada por un visionario llamado Antonio Peñarroya. La empresa comenzó su andadura fabricando chasis de chapa metálica para película de 35mm, suministrando específicamente a los fabricantes de película nacional Negra y Valca, pero también, a todas esas tiendas de fotografía que regalaban un carrete tras un revelado (¡Qué tiempos!). ¿Recuerdas tiendas de foto como QSS? Pues ese carrete que te daban para hacer fotos, se había bobinado, ensamblado y empaquetado en esta fábrica.
Este inicio estratégico posicionó a AP Photo como un proveedor en la industria fotográfica española desde sus primeros días y gracias a su canal de distribución, se convirtió en proveedor de otros productos fotográficos en la otra pata del grupo Valles Intertrading S.L., que es quien distribuye los productos de Kodak en España, por ejemplo.
Un viaje a Photokina, la icónica feria internacional de fotografía en Colonia, transformó por completo el rumbo de la empresa. Photokina, que durante décadas fue el evento más importante del sector (dejó de celebrarse en 2020), reunía a fabricantes, innovadores y entusiastas de la fotografía de todo el mundo, presentando las últimas tecnologías, productos y tendencias, y marcando el paso de la industria.
Tras descubrir en esa feria la enorme variedad de productos y el vasto potencial del mercado fotográfico, el fundador de la empresa regresó a España con una misión clara: ofrecer accesorios plásticos de alta calidad para fotografía, atendiendo a la creciente demanda. Con esa determinación, a partir de 1978 comenzó a producir artículos que rápidamente se convirtieron en esenciales.
Nos contaba Oscar G. Farell que su abuelo y su padre eran verdaderos apasionados de crear soluciones para quien venía con alguna nueva necesidad. Hoy, esa visión sigue vigente. La empresa no solo continúa fabricando esos accesorios, sino que es el último fabricante de muchos productos de cuarto oscuro en el mundo, manteniendo viva la tradición de la fotografía analógica.
Cámara: Rollei Prego AF. Película: Cinemot Coimbra (Kodak Eastman 5222)
Productos esenciales
Si echamos un vistazo a su catálogo, AP Photo ofrece una amplia gama de productos que han sido fundamentales para la fotografía analógica durante décadas y que actualmente, también elabora para otras marcas, distribuyéndolos en más de 55 países. Entre ellos, destacan las bobinadoras AP Bobinquick, los tanques de revelado, como el modelo 8152 o el modelo Compact, las cubetas de revelado AP, disponibles en distintos tamaños, o las probetas graduadas, fabricadas con plásticos resistentes a los químicos, que aseguran mediciones precisas y durabilidad.
También encontramos las pinzas AP, diseñadas para manipular copias húmedas con delicadeza, y las lámparas de seguridad, como el modelo AP 140 con filtro rojo, que ofrece la iluminación adecuada para trabajar con materiales fotosensibles sin dañarlos. Otro de los productos que más fabrican son los chasis reutilizables para película de 35mm y sus correspondientes barriletes.
Todo ello se produce, actualmente, desde 9 máquinas de inyección de plástico en una única fábrica en la provincia de Barcelona, siendo también uno de los últimos fabricantes en Europa Occidental de muchos de estos productos esenciales para el cuarto oscuro. Antes de la irrupción de la fotografía digital, esas máquinas no descansaban: eran 150 trabajadores y trabajadoras las que fabricaban estos y tantos otros productos, en cuatro turnos de 8 horas, de lunes a domingo.
Un aspecto fascinante en la producción de AP Photo, y que pudimos observar durante nuestra visita, es el uso de los mismos moldes que dieron vida a sus icónicos accesorios en la época dorada de la fotografía analógica. Estos moldes, que han dado forma a incontables piezas a lo largo de las décadas, siguen siendo el corazón de la fabricación en AP Photo. Son los mismos que se utilizaban cuando la fotografía analógica era simplemente "la fotografía", antes de la llegada de la era digital. Replicar o reemplazar estos moldes hoy en día sería prohibitivamente costoso, lo que hace que su preservación sea vital para la continuidad de la producción. Según nos contaba Oscar G. Farell, a pesar de tenerse que adaptar, en su momento, al cambio de paradigma en el negocio fotográfico, su padre prohibió que se deshicieran de ellos.
Junto a estos moldes, AP Photo conserva cuidadosamente los diseños originales en papel, verdaderos tesoros que contienen los planos detallados de cada artículo. Esta combinación de moldes históricos y diseños originales permite a la empresa mantener la fabricación de sus emblemáticos productos para fotografía analógica. Es reconfortante saber que mientras estos moldes y diseños se mantengan en buen estado, la empresa podrá seguir produciendo nuevas unidades. Nos dimos cuenta de la importancia de preservar no solo los productos finales, sino también las herramientas y los conocimientos que hacen posible su fabricación, asegurando así la continuidad de la fotografía analógica en su forma más auténtica. Que no se pierda la investigación y el desarrollo que se realizó en su momento, con un lápiz sobre el papel, y que esa sabiduría se pueda trasmitir generación tras generación.
No todo corrió la misma suerte. De lo que sí tuvieron que deshacerse fue de las máquinas de montaje y bobinado de carretes, entre otras. Más de 5 toneladas de maquinaria que fue vendida para chatarra en 2020.
Cámara: Olympus MJU II Zoom 80. Película: Kentmere 400
Adaptación a la era de la fotografía digital
La historia de AP Photo es un testimonio de resiliencia y adaptación. El colapso del mercado analógico a principios de los 2000 fue un golpe devastador para la industria fotográfica tradicional. En lugar de rendirse ante el avance digital, la empresa se reinventó. Mantuvo su compromiso con la fotografía analógica (nunca ha dejado de producir para este mercado), pero diversificó su oferta para incluir productos que atendieran a las nuevas necesidades. Hoy, además de ser un bastión de lo analógico, cuenta con un laboratorio digital desde el que ofrece productos de fotoacabado y de impresión fotográfica, además de productos de electrónica de consumo, que van desde accesorios para fotografía y vídeo, a audio, telefonía o movilidad urbana. Podéis echar un ojo a su tienda swiss-pro.com.
Un legado vivo
Después de la visita a las instalaciones de AP Photo y la charla con Oscar G. Farell de más de dos horas, nos contagió el espíritu de que son más que una empresa y que forman parte de este ecosistema algo romántico de mantener al día la fotografía analógica. Su historia es un testimonio que nos muestra la dedicación y la pasión por una industria que, a pesar de lo que ha cambiado en los últimos 46 años, se mantiene viva.
Mientras firmas como AP Photo sigan existiendo, la fotografía analógica tiene un presente y tendrá un futuro. En un mundo dominado por lo digital, donde los píxeles y las pantallas táctiles se imponen en nuestro día a día, AP Photo nos recuerda que aún hay magia en el revelado químico, en la espera paciente, en la transformación gradual de una imagen que emerge lentamente en la cubeta del revelador.
Para quienes amamos el aroma del fijador y la emoción indescriptible de ver cómo una fotografía toma vida en nuestras manos, AP Photo no es solo un fabricante; es un aliado en nuestro viaje creativo que nos permite creer que no desaparecerá, sino que continuará evolucionando, sin perder su esencia, para las futuras generaciones de fotógrafos y fotógrafas que se acercan al mundo analógico con curiosidad y por primera vez.
* Las fotos con la Rollei Prego son de Ferran (@allinfilmformat). Las fotos con la MJU son de Nuria (@nurshootsfilm).