Ciudad: Madrid
Provincia: Madrid
País: España
Horario: 2 de Octubre 19.00 horas
Lugar: Círculo de Bellas Artes - Sala Ramón Gómez de la Serna (Calle Alcalá, 42, 28014 - Madrid)
Web: CBA
Instagram: @cbamadrid
Email: info@circulobellasartes.com
Teléfono: 913 604 500
Entrada: Libre hasta completar aforo de la sala
«Gervasio sabe que necesitamos las voces mutiladas si aspiramos a escribir una historia completa. Y para ello es preciso reivindicar, frente al odio que mina, la valentía que mira.» Irene Vallejo [prólogo]
Como aperitivo de la exposición Vidas minadas. 25 años de Gervasio Sánchez, en el Círculo de Bellas Artes (inauguración en enero de 2024) y de la publicación del catálogo homónimo a cargo de Blume, el fotógrafo conversará con Carol Rojo, directora del f/DKV Centro de Fotografía con causa; Leopoldo Blume, editor; Viggo Mortensen; actor y director de cine; y con tres de esas vidas minadas: Sofia Elface Fumo, Manuel Orellana y Medy Ewaz Ali.
Son numerosos los debates en relación a si los fotorreporteros deben implicarse con las víctimas en zonas de conflicto. Gervasio Sánchez rompe con ese debate. A lo largo de 25 años Gervasio ha mantenido en el tiempo su relación con aquellos a los que fotografió en distintos continentes después de que las minas les dejaran secuelas y muñones para toda la vida. Como él mismo asevera: «Las víctimas protagonistas de este proyecto documental simbolizan la tragedia que afecta a centenares de miles de víctimas de explosiones de minas antipersona en todo el mundo. Todas tienen una historia que contar de lucha por la supervivencia y la dignidad y nuestra obligación, ya que somos incapaces de poner fin a los conflictos, es respetar sus vivencias. He intentado acercarme a ellas con gran respeto y he evitado condicionar o alterar sus formas de actuar o comportarse. Nunca me he querido convertir en un ladrón de sufrimientos ajenos. »
Este trabajo, no solo pone de relieve a sus verdaderos protagonistas y sus vidas de resistencia y resiliencia (Sofia, Manuel o Medy, entre otros muchos), sino que también trata de dinamitar las conciencias de los espectadores, pero sobre todo, de los empresarios que se lucran a través del sufrimiento ajeno vendiendo minas, o de los políticos que, pese a trabajar en democracias que han firmado acuerdos contra la comercialización de estas minas, miran para otra parte.