Ciudad: Arrecife (Lanzarote)
Provincia: Las Palmas
País: España
Horario: Al aire libre.
Lugar: Paza del Amacén - Arrecife, Las Palmas
Web: Veintinueve Trece
Instagram: Veintinueve Trece
Email: contacto2913@gmail.com
Inauguración viernes 7 de octubre a las 12.30 h
Cuando sucedió, las nubes no se tocaban. La tierra arrebató hogares y marcó a familias. Fue de repente, sin avisar, como siempre son las catástrofes.
Cuando llegó el momento, apenas si tuvieron diez minutos. Decidir, buscar y llevarse una sola cosa. Diez minutos, un objeto, y una despedida para siempre.
Retratar esta memoria, trazarla sutilmente, es el primer paso de un proyecto que crece en un crear común, rizomático, entre Teresa Correa e Izabella Jagiełło.
Rostros, objetos, paisajes intervenidos. Imágenes que nos hablan de cuando todo se replegó: el tiempo y el espacio, el suelo y la memoria. La familia y el hogar.
Familias y hogares que contemplamos en el silencio de los semblantes, que divisamos en vistas rozadas por gestos, en objetos que tienen su propia historia, su alma. Las vemos en un reloj heredado, que susurra al oído la historia oculta de generaciones: el desperezar del tiempo, el latido interno que ahonda sus raíces en las profundidades de la memoria. También en animales, plantas, semillas, que son familia y hogar por ser calor, cuidados y compañía. Amistades incondicionales, fieles, sin enjuiciamientos: simbiosis de existencias que se comunican sin necesidad de palabras. Distinguimos familias que se esparcen por el globo y fundan hogares. Microcosmos que caben en una sola maleta. Mantas que arrullan, colmadas de recuerdos en cada gesto de su bordado. Sentimos hogares cuyos cimientos se tambalearon, haciendo que la memoria mecánica del día a día se torne frágil y voluble de repente. Hogares que pierden su suelo. Marcos que ya no pueden posar sus recuerdos.
Diez minutos en los que despedir toda una vida y llevarse solo una cosa.
¿Qué te llevarías tú?
...
Cuando Izabella y Teresa se conocieron, descubrieron una afinidad artística que las hermanaba. Sin haberse visto antes, asumieron el riesgo de emprender una expedición juntas. Realizar un viaje que, más que al centro de la tierra, las adentraba en el centro de vivencias y de almas. Entonces acordaron realizar un homenaje, sutil como los trazos finos de un dibujo, honesto como solo pueden ser los retratos. Directo y simbólico como lo son, si nos paramos a pensar, todos los objetos que nos rodean día a día.