Cuando Bingham conoció a Eastman
Hiram Bingham (19 de noviembre de 1875 - 6 de junio de 1956) fue un explorador y político estadounidense y el responsable de hacer pública la existencia de la ciudad incaica de Machu Picchu, aunque una vez allí encontró la inscripción hecha por Agustín Lizárraga, un agricultor peruano que nueve años antes ya había encontrado el lugar cuando realizó un viaje a la zona selvática del Cuzco, en 1902. El propio Bingham aceptó que el hacendado cusqueño fue el primero en visitar la ciudadela inca, testimonio que se puede encontrar en la biografía del investigador que escribió su tercer hijo, Alfred M. Bingham, titulada "Retrato de un explorador: Hiram Bingham descubridor de Machu Picchu". Según esa versión, Alfred M. Bingham descubrió en la libreta de su padre una inscripción que decía "Agustín Lizárraga es el descubridor de Machu Picchu y vive en el pueblo de San Miguel". Además, señaló que en una de las paredes del templo de las Tres Ventanas de la ciudadela figuraba una inscripción hecha a carbón que decía "Lizárraga 14 de julio de 1902”.
En su libro, Bingham escribió: "De repente me encontré parado frente a las paredes de una ruina y casas construidas con la mejor calidad del arte inca. Las paredes fueron difíciles de ver ya que los árboles y el musgo habían cubierto las piedras por siglos. Pero en la sombra del bambú y trepando los arbustos estaban las paredes visibles hechas de bloques de granito blanco cortados con la más alta precisión. Encontré brillantes templos, casas reales, una gran plaza y miles de casas. Parecía estar en un sueño".
Antes de dejar atrás la montaña y las ruinas que le harían famoso, Bingham pasó horas documentando Machu Picchu con una cámara Kodak especial. «¿Creerá alguien lo que he encontrado?» dijo.
Bingham había adquirido una cámara Kodak A3 readaptada especialmente para sacar panorámicas de 120 grados (según la archivista fotográfica de National Geographic, Sara Manco) así como película fotográfica y equipo gratuito gracias a la relación que había entablado con George Eastman, creador de Kodak. A cambio, Bingham habló de la capacidad de revelado y resistencia de la película en regiones tropicales.
Creyendo que las fotografías eran tan valiosas como tomar notas de campo, insistió en que sus compañeros de expedición aprendieran a sacar fotos y a revelar la película fotográfica antes de cada viaje. En su siguiente expedición a Perú, en 1912, Bingham pidió más equipo: tres cámaras Kodak especiales, 3500 negativos para sacar fotos y al menos 10 trípodes de madera. Así realizaron una exploración documentada de las ruinas, a veces incluyendo a Bingham o a sus compañeros de equipo para mostrar la escala.
Y después de leer esto, pienso, ¡quien tuviera un amigo como Eastman! ¿verdad?
Y a ti, si te dieran cámaras y carretes para fotografiar algún lugar, ¿cual sería? ¡Te leemos!