Historia de la Fotografía: Patatas y fotografía a color

La patata es una planta nativa de América cuyo tubérculo ha resultado ser uno de los alimentos más importantes y versátiles que se conocen. Luego de su exportación hacia Europa, se convirtió en parte vital de la dieta, tanto así que la penuria europea de la patata del siglo XIX provocó la muerte de más de un millón de personas, principalmente en Irlanda. Además de utilizarse como comida y como base de bebidas alcohólicas (vodka), también tiene otros usos interesantes fuera de la industria alimenticia. Uno de ellos es su capacidad para funcionar como pila o batería. El otro que mencionaré, está relacionado con la fotografía a color.

En un típico ejemplo de determinismo nominativo, los creadores del cine (junto a Eadweard Muybridge) y del primer procedimiento comercial para tomar fotografías a color fueron los hermanos franceses Auguste y Louis Lumière. El método se conoce como “placa autocroma” o “autocroma Lumière”. Científicos y fotógrafos como James Clerk Maxwell y Thomas Sutton (con el método aditivo) y Louis Ducos du Hauron (con el método sustractivo) ya habían inventado procesos para tomar fotografías a color pero su complejidad (y la falta de una base teórica más sólida) no permitía una producción comercial.

Louis (izquierda) y Auguste (derecha) en su laboratorio. Fotografía por Karel Smirous.

Una placa autocroma era una transparencia cuyo soporte era el vidrio. Se visualizaba por proyección o a contraluz (como un slide, transparencia o diapositiva normal). Para ello se podía simplemente poner en contra de una fuente de luz o se podían usar visores especiales llamados diascopios (1). Pero lo novedoso de las placas (aparte de que cualquier persona podía comprarlas) era que, para lograr una fotografía a color, se utilizaba como base a la fécula de patata, dándole a este vegetal un gran protagonismo en la industria fotográfica durante casi tres décadas.

Fotografías de diascopio abierto y cerrado.

¿Por qué la fécula de patata? Ésta contiene gránulos de almidón, un carbohidrato que por sus características (forma, tamaño, traslucidez) ofrecía una solución al problema de la fotografía a color. La fécula/granos eran teñidos de color rojo-naranja, verde y violeta. Los polvos coloreados (ya secos) se mezclaban en proporciones similares y se aplicaban una placa de vidrio. Contrario a lo que observamos en un sensor digital típico con mosaico de Bayer, la distribución de los gránulos de almidón es aleatoria, similar a la distribución de conos en nuestra retina (principalmente en la fóvea). Los gránulos se aplicaban en una sola capa, sin superposiciones. Los diminutos espacios que quedaban entre ellos se rellenaban con un polvo negro. Sobre esta primera capa, se aplicaba una segunda con un barniz impermeable con un índice de refracción similar al de los gránulos de almidón.

Finalmente, se agregaba la emulsión fotosensible de gelatinobromuro de plata y otra capa protectora. Este método producía una densidad de entre 2.000 y 3.000 granos de almidón por milímetro cuadrado (2). Por lo tanto, una placa de 4” x 5” podría contener entre 250.000 y 400.000 gránulos de almidón aproximadamente.

Comparación de la distribución de filtros entre un mosaico Bayer y una placa autocroma. Microfotografía por Dan McNeil (fuente).

Para tomar una fotografía, el vidrio se colocaba de manera tal que la capa de gránulos de almidón se orientaba hacia el lente para que funcionara como filtro antes de que la luz llegara a la capa fotosensible. Para realizar una corrección de color preventiva, se usaba un filtro amarillo en el lente. Esto (junto con la luz que absorbía el almidón) hacía que los tiempos de exposición fueran mucho más lentos que una emulsión blanco y negro (1).

Las placas autocromas se convirtieron en el método modelo para realizar fotografías a color hasta mediados de los 30, cuando Kodak y Agfa comenzaron a producir películas a color. El uso y popularización de cámaras 35 mm, junto con la comercialización del Kodachrome (un tipo de película positiva), fueron dos factores importantes que le dieron el golpe de muerte a las placas autocromas.

France, Panorama de Royat et Clermont Ferrand (1911) - Auguste Léon.

Monsieur Louis Lumière (1930) - Georges Chevalier.

Canada, Jasper-Parc, Lac Beauvert (1926) - Frédéric Gadmer.

Sobre su invento, Louis dijo que “de todas las cosas que he inventado, el Cine fue la que costó menos y lograr que las placas autocromas fueran prácticas la que más satisfacción me han dado” (1).  

¿Conocéis algún otro vegetal o fruto que ha sido utilizado en la fotografía? Yo conozco algunos, pero me gustaría saber si tenéis otros ejemplos.

 

Fuentes 

1. Hirsch, R. y Erf, G. (2011). Exploring color photography. From film to pixels. Burlington, MA: Focal Press

2. Lumière, A. y Lumière L. (1904). Sur une nouvelle méthode d’obtention de photographies en couleurs. Comptesrendus hebdomadaires des séances de l'Académie des Sciences. 138:1337-38

Gandhi Emanuel Ponce Juárez

Fotógrafo, biólogo, educador y blogger con pasión por la fotografía argéntica (35 mm, formato medio y gran formato). Escribiendo y compartiendo conocimiento y experiencia desde ciudad de Guatemala.

https://tallerlumiere.com
Anterior
Anterior

Nace el primer archivo de memoria fotográfica de la Guerra Civil

Siguiente
Siguiente

Reparando las velocidades lentas del Distagon 50mm de Hasselblad