Mis 5 mejores en el Koningsdag 2024 con Portra 800
Primero, algo de contexto: el Koningsdag o Kingsday, o bien en español “el día de cumpleaños del Rey Willem-Alexander de los Países Bajos”, que se celebra cada 27 de abril; es la fiesta más importante del país.
Tengo año y medio viviendo aquí, trabajando y constantemente disparando fotos en la calle; tanto en digital como en analógico -sí, un proceso mixto, aunque prefiero el analógico porque realizo todo el proceso en casa con un mini laboratorio que me he armado en el estudio, incluyendo el digitalizado (lo más tedioso de todo) con el Easy 35-. Volviendo al Kingsday, el año anterior no fui preparado, por desconocimiento, a cubrir esta importante fiesta. Este año, decidí únicamente llevar varios films de Kodak Portra 800 en mi Leica M5 con el ZEISS Biogon T* 2/35mm ZM, junto a mi M240, pero eso es otra historia.
Amsterdam, una ciudad que, aunque es pequeña, es muy movida; sin embargo, el Kingsday es un día diferente. Es increíble la capacidad que tiene cada calle para convertirse en una fiesta: en cada ventana y balcón hay un DJ, baile y diversión. Todas las personas se desentienden de su rutina, de sus preocupaciones y solo piensan en disfrutar la vida, en comunidad… La vida social de la urbe se mezcla, hasta ser, en sí misma, un festival al aire libre color naranja. Muchos fotógrafos salimos ese día a divertirnos y convertirnos en testigos de este festival.
En general, es un ambiente muy agradable donde puedes encontrarte con amigos y conocer gente.
Llegado a este punto, donde tenemos contexto, herramientas, e intención, solo faltaría la ejecución. El mítico Portra 800 de Kodak es un film de alta sensibilidad en color, junto al también famoso Cinestill; ofrece excelentes resultados en condiciones de luz difíciles, sin el famoso Tungsteno del 800T. Me gusta el film Portra porque ofrece unos colores muy agradables, en especial con las pieles, y un grano muy fino considerando el ISO. Otra de las razones para usar esta película es su increíble versatilidad para disparar; y justamente estas características eran las que buscaba obtener: unas fotos maravillosas. No soy un fotógrafo de color, gran parte de mi trabajo es en blanco y negro, pero ¡cómo no va a haber color en la gran fiesta naranja! Es parte fundamental del lenguaje visual.
Ese día, 27 de abril, como cosa extraña en Holanda, llovió. La gente, por la lluvia, no iba a detener la fiesta. Entonces, yo tampoco iba a detenerme. Tomé mi pequeño paraguas y recorrí la ciudad. Seis horas caminando por el centro, por los barrios y avenidas. Perdido entre la multitud, observando y capturando la espontaneidad de la vida humana.
La multitud disfruta la fiesta en sus embarcaciones por los canales, en los puentes, compartiendo. Muchos otros montan pequeñas ventas de garaje frente a sus casas. Niños, abuelos, vendiendo juguetes que ya no usan, o pertenencias. También es un día para el amor, creo que el licor tiene mucho que ver allí. Normalmente, solemos asociar el norte de Europa con sociedades frías y aisladas. El Koningsdag me hace sentir en casa, soy latino, y la calidez humana es parte fundamental de mí.
Disparé, en seis horas, dos films y setenta y dos fotos. No suelo disparar mucho, me considero fiel creyente del instante decisivo. Sin más, con permiso de ustedes, hice la pequeña selección; espero que la disfruten tanto como yo, y espero evocar todas esas sensaciones que tuve ese día fotografiando.
