Club en resistencia: Un entreno más

Aprovechando este espacio que me ha brindado Disparafilm, continúa esta serie de reflexiones acerca del proyecto fotográfico que estoy llevando a cabo en el club de boxeo Aníbal González, con el cual me gané el segundo puesto de la beca Disparafilm, quienes financian su realización hasta noviembre de este año. De mi parte trataré de mostrar el proceso, los pensamientos y las decisiones que vaya tomando en el proceso de creación y documentación de esta serie.


La entrenadora González toma el celular, le da al botón rojo de play y comienza a grabar. Delante de la escena está Jose, uno de sus pupilos más juiciosos, con guantes de boxeo y protectores para la cabeza y la ingle. Listo para pelear con otro estudiante al menos diez años mayor que él.

- ¡Vamos, Jose! ¡Para que tu papá te compre esos guantes nuevos! - Le grita la profe antes de que comience el asalto de entrenamiento. Son las cuatro de la tarde y en el club de boxeo cae la luz de manera perpendicular. El calor y la humedad son cada vez más intensos. En esta época del año, el vaho constante con el que se vive en Cartagena tarda mucho en desaparecer, y más en espacios cerrados. Los cuerpos sudan y la hidratación es vital para todos.

El mini combate comienza. Jose lanza varios golpes a su compañero, quien hace las veces de sparring. Sus movimientos inferiores son un poco torpes y le cuesta hacer pie en algunos momentos, pero lanza golpes con fuerza y entusiasmo.

- No cruces los pies, Jose - le grita su entrenadora.

- Tápate con las manos, tápate con las manos - le dice Manuel “El piedra”, otro de los entrenadores del club. Jose lanza golpes al pecho de su compañero, quien se cubre y le hace pequeños contraataques, para que así pueda practicar el 1-2 y la defensa. En ese momento, el mini combate es el centro de atención del club y todos los entrenadores presentes tratan de darle alguna recomendación.

- Dale giro al pie.

- Terminas con la guardia arriba, para que no te ataque.

- Tienes que cubrirte con tu otra mano mientras la otra ataca.

Los dos combatientes se encuentran sudorosos y cansados cuando el reloj del club marca el final del asalto. Ambos se abrazan y comienzan a quitarse los implementos. La entrenadora González anima a Jose, instándolo a que siga practicando en los movimientos, sobre todo en los pies. Jose no tiene mucho tiempo entrenando boxeo. Es un niño de 12 años que comienza a gustarle el mundo del ring. Está un poco subido de peso para su edad, pero poco a poco el constante esfuerzo físico que hace en el club está comenzando a dar frutos. La idea es que pronto pueda estar a la par de sus compañeros coetáneos. Jose se ve lleno de inocencia, pero también de motivación. Otro día me lo encuentro en el club llamando a su padre para que le compre guantes y vendas que el mismo Aníbal González, fundador del club, vende a un precio asequible para los miembros. También noto que ve detalladamente los entrenamientos de los demás. En su imagen de perfil de WhatsApp tiene la foto de un campeón de boxeo. Hoy por hoy su mente está en el ring.

Así es la vida del deportista. Algo admirable. Desde pequeños deben tener disciplina, constancia y ambición; mentalidad de ganador, le llaman algunos. Aparte deben sobrellevar el sufrimiento ante lesiones, dolores que llegan a ser perpetuos, cambios en su cuerpo, la presión de los padres, de los entrenadores y su profunda autoexigencia. Sin embargo, también es interesante pensar que siguen siendo niños y jóvenes que están creciendo en todos los sentidos. Todos los sacrificios que están realizando puede que se vean reflejados en algún punto de su vida. Mientras, sólo queda comenzar un entreno más.

Nota técnica: Las fotos mostradas en este trabajo han sido de las últimas reveladas del proyecto. Fueron hechas con una Nikon Fm2n con un sigma 24mm f2.8 y un Nikkor 50mm f2 utilizando Tmax 3200 y revelados por mí mismo con Tmax Dev.

Historias de superación entre jóvenes y adolescentes en un mundo muy alejado al de la mayoría, ¿verdad?

Con muchas ganas de conocer más sobre el mundo del boxeo que gracias a Ricardo iremos conociendo mes a mes.

Ricardo Javier Ramírez Hamburger

Me llamo Ricardo Ramírez Hamburger. Tengo 23 años. Soy de Cartagena, Colombia, lugar en el que he vivido desde que tengo uso de razón. Estudié comunicación social y periodismo en la universidad de Cartagena, ahí fue donde me enamoré de la fotografía hace ya 6 años. Desde entonces he sido un apasionado por el crear imágenes y narrar historias, siendo los procesos fotoquímicos una de mis grandes pasiones ya que me han permitido aprender a disfrutar el momento de fotografiar más allá del resultado. También soy un gran enamorado del deporte, los libros y las relaciones humanas.

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