Cristóbal Hara (VI): Un bulo sobre Cristóbal Hara
Los bulos son tan antiguos como el hombre. Mi favorito es aquél de “Tócala otra vez, Sam”. Si pensamos en Casablanca pensamos en esa frase. Pero Bogart nunca la dice, ya sea en español o inglés. “Play it again, Sam” no se dice.
Si alguien dice la palabra “entuerto” lo primero que viene a la cabeza es El Quijote. Pero es que esa palabra no aparece en todo el libro. Lo explicaba el malogrado Francisco Rico en su pequeño divertimento editado por Arpa (1).
¿Cuál es el bulo que hay sobre Hara, sobre el que quizás él mismo tiene parte de culpa? Sería algo como lo siguiente: “Las fotos de Hara que merecen la pena son las que tiene en color”.
El único sustento que tengo para defender lo que aquí argumento es su libro “Cuatro cosas de España”. Es una obra maestra que ya pone a Hara entre los grandes, entre los maestros.
Sólo me detendré en el primer grupo de fotos del libro, sobre el mundo castrense, de los reclutas españoles en los años 70. Después de verlas (son en total 12) varias veces, a distintas velocidades, me refugio, con seguridad, en esta frase:
Aplíquese esto a esta serie de fotos. Hara emplea recursos fotográficos pero la conquista del artista es humana.
Sus ingredientes son casi los mismos que los de las foto en color: si no hay espontaneidad no saca la foto. El contexto es el mismo que el del Quijote: la miseria. Y muchos personajes son pobres diablos que arrancan una sonrisa al espectador.
Hara no es el primero en hacer esto. En muy diferentes medios de expresión el artista ha cogido lo popular, lo ha hecho suyo y lo ha sacado de donde estaba para sublimarlo.
Escuchemos si no, determinadas sinfonías de Mahler, ese ladrón de melodías populares. ¿Y por qué no a Falla cuando se apropia del universo imaginario gitano y dispara al infinito?
¿No pasa algo de esto con Lorca?
No necesito seguir viendo fotos de “Cuatro cosas de España”. Sólo contemplar esa primera serie me ha hecho olvidar el dolor de muelas que tenía, sólo durante los cuatro minutos que he estado viéndolas.
Así pues, es un bulo. El trabajo en blanco y negro de Cristóbal Hara es magistral. La sensibilidad está por encima de la innovación, y hasta por encima del color.
(1) Anales cervantinos: Notas al margen de centenarios (2017, Arpa Editores).