Ciudad: Madrid
Provincia: Madrid
País: España
Horario: De miércoles a sábado, de 12 a 17 h
Lugar: Galería Échale Guindas (Pelayo 47 28004, Madrid)
Instagram: Galería Échale Guindas
Correo electrónico: hola@echaleguindas.com
Teléfono: 91 144 85 33
Nueva expo de Ale Megale: Vagabundo. Fotografías que son ventanas a toda una vida, con todas sus partes, en muchos lugares y con el ojo maravilloso de Ale.
Decía el escritor argentino Roberto Arlt que para vagabundear se necesitan excepcionales condiciones de soñador. Eso significa, supongo, lanzarse a la aventura con disposición a imaginar sin límites. Dejarse embaucar por todo aquello que nos encontramos en el camino. Perdón, rectifico: camino es una palabra que designa un trayecto marcado entre un punto y otro, y el soñador vagabundo es quien deambula sin un destino prefijado. Para vagar no hay rumbo. Tampoco hay tiempo. Hay que despojarse de las expectativas y dejarse embelesar por lo fortuito.
Para vagabundear se necesita una curiosidad desaforada, pero también una calma extrema, esa parsimonia que nos permita mirar durante todo el tiempo que sea necesario aquellos rincones donde nadie más mira. Encontrar belleza en una rendija en el asfalto, en la mirada de hambre de un perro abandonado (otro vagabundo), en las manos de una pintora, en las luces de neón de una cafetería destartalada de Nueva York, en el horizonte de una montaña que se confunde con el infinito, en la arena de la playa (bueno, aquí quizá no). Eso hacen los artistas vagabundos:
encontrar detalles eternos. Y digo encontrar, porque encuentran; no buscan. Y lo
capturan.
¿Y por qué hacen esto? El vagabundo mendigo pasea un carrito de supermercado repleto de cosas inútiles, tan inútiles como la luz reflejada en el agua, y mira al vagabundo fotógrafo con cara interrogante. ¿Por qué haces esto? Un click como única respuesta. No hay un propósito, una finalidad... ¿por qué debería haberlo?
Empieza por donde quieras. Piérdete. Deambula con los ojos abiertos y el espíritu dispuesto para la sorpresa. Recorre todos estos momentos congelados por el fotógrafo vagabundo y hazlo sin brújula: déjate llevar. Prepárate para el encuentro con lo inesperado.
Mira. Ahí está: el hechizo de lo sublime. Click.
Laura Bermejo