Ciudad: Sevilla
Horario:
De Martes a Viernes: 12h, 13h, 18h y 19h (entrada cada hora).
Sábado y Domingo: 12h y 13h (entrada cada hora con cita previa).
Lugar: Espacio Derivado (Pl. Cristo de Burgos, 17 - 41003 Sevilla)
Web: Espacio Derivado
Teléfono: 976 724 881
email: info@espacioderivado.com
El aparecimiento de la fotografía como técnica se debe a una larga historia de manipulación de objetos, técnicas y elementos químicos a lo largo de siglos por diferentes culturas. En ese camino, la experimentación siempre ha estado entrelazada a la fotografía haciendo visible una realidad existente pero invisible, provocando una alteración y ampliación de los medios de captación de la imagen o jugando con las posibilidades de lo real.
Muchas son las posibilidades de escribir con la luz y conseguir un resultado visible, algunas veces sin el empleo de una cámara fotográfica. Los experimentos con rayos X (después de su descubierta por el físico alemán Wilhelm Conrad Röntgen en1895) y la técnica del fotograma (fotografía realizada sin cámara y que se obtiene con el simple contacto de uno o varios objetos con papel fotosensible; técnica muy explorada por algunos artistas a principios del siglo XX) son dos ejemplos que problematizan la captación y fijación de la realidad y su supuesta objetividad a través de medios técnicos. Medios en los que las lentes siempre han estado en un lugar de intersticio, de umbral entre la realidad y la representación. Para algunos fotógrafos experimentales, una cierta desconfianza hacia el papel de las lentes es lo que les llevó a prescindir de ellas y a buscar otras maneras de labrar directamente con la luz. Aun así fueron capaces de generar una realidad igualmente visible, pero de un carácter totalmente abstracto. Como apunta Vilém Flusser, “la manipulación es el gesto primordial; gracias a ello el ser humano abstrae el tiempo del mundo concreto y transforma a sí mismo en ente abstrayente, es decir, en humano propiamente dicho”.
Con el proyecto «Fulgores», Martínez Bellido utiliza la fotografía experimental para indagar en las posibilidades estéticas y poéticas que le brindan el uso abstracto de la técnica. Es una investigación de y con la luz que da lugar a un alfabeto visual basado en la experimentación, en asociaciones libres alejadas de un marco representativo que opera en base a la verosimilitud. Aunque algo de representación hay: lo que vemos es el resquicio, el rastro, de una gestualidad empleada con una serie de objetos. En su proceso artístico, el fotógrafo desmonta telescopios y prismáticos para extraer sus componentes ópticos (lentes, prismas, espejos y filtros) y utilizarlos bajo una ampliadora fotográfica, generando así formas y deformaciones del haz de luz que quedan grabados en soportes fotosensibles. Martínez Bellido se hace servir de la manipulación de la luz y de unos elementos propios del instrumental fotográfico para generar unas imágenes completamente abstractas, que se nos presentan como una virtualidad fijada del mundo.