Ciudad: Palencia
Provincia: Palencia
País: España
Horario: De martes a Viernes de 17 a 21 h. Sábados y domingos de 11 a 19 h. (lunes cerrados)
Lugar: Sala de Exposiciones Unicaja
Web: Festival Internacional de Fotografía de Castilla y León
Instagram: Festival Internacional de Fotografía de Castilla y León
Email: info@fifcyl.com
Teléfono: 983 376 405
Paloma Chamorro fuma un puro, su ingobernable pelo aparece recogido en una coleta tirante. Corría 1989. Hacía cuatro años que había desaparecido de la pantalla La edad de oro, el programa que lanzó a la fama a la periodista, a través del cual, de forma semanal y durante 55 entregas, quedó resumido el espíritu de la movida madrileña, dando cuenta de las distintas tendencias culturales emergentes. Al otro lado de la cámara, se encontraba Carmen Ballvé (Madrid, 1960). La fotógrafa cumplía con unos de los encargos que, a lo largo de dos años, llevaría a cabo para Magazine, el suplemento semanal del diario El Mundo. Consistía en retratar a las distintas personalidades entrevistadas en la penúltima página del semanario. Una galería de personaje que, unidos a otros tantos retratados para otros medios (como la revista Marie Claire), y a algunas figuras del entorno cercano de la artista, dan forma a esta exposición. Allí encontraremos, entre otros, a los escritores Javier Marías y Luis Antonio de Villena; al duó de diseñadores formado por José Luis Devota y Modesto Lomba, así como a Manolo Blahnik; al pintor Ceesepe; al músico Coque Malla; y a la actriz Aitana Sánchez Gijón, junto al político y sociologo Ludolfo Paramio. Por lo general, suele ser en el rostro de un personaje donde, en un principio, uno posa la mirada con el fin de resumir la unidad de un cuerpo. Rostros que en este caso hablan del final de una década; la de los ochenta, en la que se fraguaron importantes cambios en una España que sorprendía al mundo con una explosión de creatividad, energía y talento.
Es a través del retrato donde se consolida la trayectoria de Ballvé. Género que atrajo a la fotógrafa desde su infancia, interesada siempre en el misterio de la figura humana, en el gesto de un rostro, o en la expresión de un cuerpo para ahondar en los recovecos de la intimidad. De ahí que, en 2013 y 2022, fue seleccionada entre los finalistas del prestigioso premio de fotografía de retrato Taylor Wessing, en Londres. Ballvé estudió pedagogía y ciencias de la educación antes de abandonar España para formarse como fotógrafa en los Estados Unidos. Allí tuvo como maestro a Thomas Carabasi, en el ICP de Nueva York. Fue él fotógrafo quien la introdujo en la magia del cuarto oscuro, en los entresijos de una técnica que la autora domina con magisterio. De forma que, para Ballvé la fotografía es el conjunto total de un proceso. Un procedimiento donde tiene tanta importancia la destreza para detener un instante fugaz como la sutileza en el manejo del revelado, de donde saldrán exquistas copias en blanco y negro que dejan al descubierto el ojo adiestrado de la artista. De aquellos años que cerraron el fin de una época a Ballvé se le quedó grabado su entrañable sesión con El Fary y su madre, y la transformación de Rossy de Palma ante la cámara. Aún recuerda sus dudas después de la rácana sesión de diez minutos que el arquitecto Francisco Sáenz de Oiza le concedió: “Salí pensando que no había conseguido nada”, asegura la fotógrafa. El resultado lo tienen ustedes cerca para juzgar.
Todas las fotografías son © de Carmen Ballvé. La mitad de la exposición son copias de época impresas por la autora en papel portriga y la otra mitad son copias recientes impresas por Juan Manuel Castro Prieto