Ciudad: Madrid
Provincia: Madrid
País: España
Horario: De martes a domingo de 10 a 15 h.
Lugar: Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Calle Alcalá, 13)
Web: Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
Instagram: Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
Teléfono: 91 524 08 64
La sala de fotografía del Museo muestra una selección de obras del fotógrafo pontevedrés Virxilio Viéitez que forman parte de las colecciones de la Academia. Además, se expone material bibliográfico y hemerográfico procedente de la colección Pedro Melero / Marisa Llorente.
Buena parte de las mejores fotografías, de las más conmovedoras y dignas de perpetuación, han sido obra de los fotógrafos populares, que practicaron una suerte de retratismo cándido alejado del trabajo vanidoso de la mayoría de estudios a la moda. El tiempo, que ha acumulado sobre ellas tanto olvido, ha llegado a conferirlesuna honda fascinación y ese halo de vida perdurable que trasciende su propia fugacidad y la representación objetiva de sus modelos. Algo que les acerca a las imprecisas orillas del arte. Uno de estos fotógrafos es Virxilio Viéitez (Soutelo de Montes, 1930-2008).
Como miles de sus paisanos, Viéitez sufrió los ultrajes de la menesterosidad y el desarraigo. Siendo todavía un rapaz abandonó Soutelo para trabajar primero en Vigo, y después en Cataluña, donde por espacio de siete años se desempeñó como fotógrafo de calle. Con el oficio bien aprendido volvió a su tierra, instalándose definitivamente como retratista. Pero no era en el estudio donde le gustaba trabajar, sino en las calles, en los regatos, en los prados y cementerios, en los huertos, en la carretera que cruza su pueblo por la que se filtraban tímidamente los ecos del mundo. En estos escenarios realizó sus mejores fotografías, las que ante su propio asombro le convirtieron en una celebridad internacional, desde que nos las descubrió su hija Keta en 1997. Imágenes de luto y celebración, sencillas y despojadas, de una pureza inmaculada, como un certificado de la vida y de la muerte de sus paisanos. De los que se quedaron en Galicia y de los que se vieron obligados a tomar los caminos del mar. Así, durante más de veinte años, sin la más mínima pretenciosidad, sólo con la fuerza de su instinto, la delicadeza de su mirada y un profundo dominio de su oficio, fue construyendo una obra honesta y coherente que conmemora la vida pública y privada de la Terra de Montes.
Guiados por una pueril fatuidad, los expertos en fotografía se empeñan en buscar la excelencia en los supermercados de la cultura, ignorando a los maestros como Viéitez. “Sé de tu pueblo” nos dijo don Miguel de Unamuno. El enorme talento de Virxilio Viéitez le permitió retratar el mundo sin salir de su pueblo.