Rompiendo tradiciones: Pagès i maricón

Anna Costa, artista multidisciplinar, nos muestra su gran proyecto donde cuestiona e intenta darle un nuevo enfoque a esas tradiciones heteropatriarcales con las que hemos sido educades durante siglos.


El proyecto Pagès i Maric0n, surge de una necesidad personal y profunda de desafiar las barreras de identidad impuestas por una tradición heteropatriarcal que ha prevalecido durante siglos en nuestra cultura. Este innovador proyecto fotográfico busca cuestionar la identidad y el género, transgrediendo y transformando los límites de la tradición.

En una cultura históricamente dividida por roles de género, donde el hombre y la heterosexualidad imponen su poder sobre otros géneros y sexualidades, el reconocido artista queer y drag de la isla de Ibiza, Elvis (Vicente Boned), posa ante la cámara con las prendas de su madre de ball pagès. Este baile folclórico es un pilar del patrimonio cultural pitiuso, pero también es un reflejo de las jerarquías de género profundamente arraigadas.

El ball pagès establece una diferenciación clara entre los papeles femenino y masculino en el baile, siendo un ritual de cortejo fuertemente jerarquizado. Las mujeres bailan en círculos alrededor del hombre, con pasos cortos y la mirada baja, mientras que el hombre, en el centro, realiza movimientos dinámicos y acrobáticos con grandes saltos, acompañado por las castañuelas. Además, solo los hombres tienen el privilegio de tocar los instrumentos: las castañuelas, el tambor y la flauta o espasí.

Es un acto de valentía y transgresión que un ballador como Vicente se vista con estas prendas tradicionales y significativas de la cultura ibicenca para el shooting. Los trajes varían según la ocasión y el estatus social: el traje masculino incluye un chaleco negro, pañuelo amarillo, pantalón y camisa blancos, faja y gorra rojas; mientras que el traje femenino se compone de vestido, enaguas, mantos, pañuelo en la cabeza y la famosa emprendada, un conjunto de joyas de oro o plata con perlas y corales.

Hemos crecido donde los demás viven de vacaciones viendo cómo Ibiza se convertía en un destino mundialmente conocido por sus playas y fiestas, atrayendo a una multitud global con una especie de gancho publicitario del “todo vale”. Sin embargo, a pesar de su reputación como un lugar de desenfreno y abierto a la comunidad LGTBIQ+, estas fotografías tratan de revelar un contraste significativo entre el espacio privado decadente reservado a la tradición y la vida local y la comercialización y suntuosidad de los espacios públicos relegados al turismo masificado, que no reflejan la realidad de quienes viven en la isla.

Las imágenes tratan de exponer y confrontar, desde una perspectiva LGTBIQ+ y feminista, a una sociedad acostumbrada a la normatividad heteropatriarcal y a la desigualdad social, una normatividad  que continúa moldeando nuestras vidas y nuestros procesos creativos. Por eso, una parte fundamental de este proyecto es plantear muchos porqués entre el público. Es bastante probable que este sea el primer proyecto artístico en el que un artista drag luce las prendas femeninas de ball pagès, y podría marcar un antes y un después en estas tradiciones. A veces simplemente no nos planteamos posibilidades porque nunca las hemos tenido al alcance.

¿Quién sabe cómo influenciará esta nueva visión en el folclore pitiuso? Espero que este trabajo contribuya a que muchas más personas se atrevan a desafiar y romper con las normas y prejuicios sociales que tanto afectan al colectivo LGTBIQ+ y a la sociedad en general. Nuestra generación, junto con las que nos siguen, está impulsando una revolución cultural que busca liberarnos de las imposiciones y los tabúes, transformando así el panorama de la identidad y moldeando nuestras costumbres. No se trata de imponer un estilo de vida, sino de educar en la posibilidad de vivir en un mundo inclusivo, donde la diversidad y la tolerancia sean protagonistas.

Para lograrlo, una de las herramientas fundamentales es el arte.

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