La seducción de la impresión lith

La seducción de la impresión lith

La impresión lith, para mí, trata de papeles antiguos. Trata de revelar lentamente a ojo hasta que la fotografía esté justa. Trata de estudiar los ‘looks’ de los papeles como resultados de los diferentes parámetros del proceso lith e imaginar un motivo que veo en uno de estos ‘looks’. Pero cuando entro el cuarto oscuro, cuando tengo el revelador en la placa calefactora, también trata de trabajar con lo que sucede: adivinar la exposición para la primera copia, leer el revelador y adaptar su oxidación para encontrar en las horas siguientes el momento perfecto para hacer dos o tres impresiones emocionantes o, por lo menos, interesantes.

Como me encendió

Descubrí la impresión lith con los fascinantes retratos tomado por Anton Corbijn. Su libro Star Trak me impactó por el aspecto de las imágenes. Por supuesto, un buen retrato es mucho más que la técnica, así que no me malinterpretes: me encantaban los retratos y su ‘look’, tanto, que quería aprender a conseguirlo. Después de algunos intentos frustrantes con (lo que yo no sabía antes) unos papeles inadecuados, participé en un taller de Wolfgang Moersch y me enganché. El taller y el profesor, ambos muy memorables. Para mí, la impresión lith se convirtió en un flujo de trabajo muy emocionante. Y ese look: los tonos, los negros, zonas de grano de pimienta junto a partes nítidas y casi sin grano…

Las fotos en este artículo sirven a demostrar bien lo diferentes que pueden ser las partes de una foto: negros profundos, zonas amarillentas a melocotón con estructuras diferentes de grano, las partes brillantes con otro color y menos grano. Lo bonito, lo fascinante es cuando los negros empiezan a arrastrarse desde una zona oscura a otras, cuando el grano negro parece salir en enjambre, casi caótico, empezando despacio y luego acelerándose, como si los negros fueran un organismo que se apodera de parte de la imagen.

El proceso

Si quieres saber más sobre la teoría del proceso químico que hay detrás de ese revelado ‘infeccioso’, por favor, consulta a los expertos: Wolfgang Moersch tiene algunos artículos magníficos sobre impresión lith gratuitos en su página web. Y definitivamente, intenta conseguir los libros de Tim Rudman. En este artículo quiero hablar de esta técnica desde la perspectiva de un impresor practicante.

Como practicante, siempre empiezo el tiempo en el cuarto oscuro con la idea de la copia perfecta. De mi experiencia y mirando el negativo, elijo el papel adecuado, adivino la dilución del revelador y un tiempo que funcionará para obtener un resultado bastante bueno para decidir cómo continuar. La primera copia es un paso importante hacía la copia final.

La verdadera magia ocurre al estar frente a las bandejas y hacer la copia, lo que lleva entre 6 y 14 minutos: es una aventura en sí misma. Hay que mantener la concentración y encontrar el momento decisivo en el que la copia alcanza su clímax. En cuanto aparecen los primeros negros, hay que observar atentamente cómo emergen y se apoderan de la imagen. Hay que encontrar el equilibrio justo entre las partes brillantes que emergen lentamente del papel blanco y las partes negras que se apoderan cada vez más de la imagen.

El revelador sigue acelerando (en términos de contraste) durante bastante tiempo hasta que se agota. Así que si piensas hacer una serie de impresiones similares, la reposición de revelador fresco es clave. Pero incluso con eso, es casi imposible obtener dos impresiones idénticas (por lo menos para mí).

Si no repones y te limitas a trabajar con el comportamiento cambiante del revelador, cada hoja de papel aporta una nueva emoción, muestra un nuevo comportamiento de los negros. Y si estás en un cuarto oscuro comunitario con otras dos personas, les ves manejar ese comportamiento y ves sus resultados… Ves y aprendes lo que es posible en ese momento. Entonces, cuando ves que el revelador está en el punto adecuado, entras en la competición amistosa e intentas conseguir la mejor representación de la idea de la impresión que tenías en la cabeza.

No siempre funciona, también puede ser frustrante. Quizá necesites varios intentos con distintas diluciones, distinta fuerza del revelador o distintos papeles. Pero cuando ves surgir tu copia maestra, cuando sientes que puede ser la definitiva y cuando observas durante un largo minuto final cómo los negros siguen acelerándose, la fuerte emoción compensa todo el esfuerzo.

¿Suena a azar crear imágenes de aspecto artístico de cosas aburridas?

Tal vez tú lo veas así, pero yo tengo otra opinión. Entro en el cuarto oscuro con un concepto claro de la mejor copia en mente. A partir de ahí, la improvisación es bienvenida: el concepto sirve como punto de partida importante para encontrar la mejor representación posible en un proceso creativo. Me sigue seduciendo y fascinando ese ‘look’, ese look ‘lith’, y el proceso de positivado para conseguirlo.

Si nunca lo has hecho, pruébalo. Para ver ejemplos, busca #lithprint en Instagram o echa un vistazo al trabajo de maestros como Wolfgang Moersch, Tim Rudman, Mike Crawford o Guillaume Zuili, o, por supuesto, Anton Corbijn.

Y si lo quieres practicar conmigo, apúntate al taller de lith en el Revela’t 2025: https://revela-t.cat/taller_lithprinting/

O visítanos en Nuremberg en el @studio95nbg, un cuarto oscuro gestionado una organización sin ánimo de lucro (“Entwicklungsprozess e. V.”) en Nuremberg, Alemania.

Por Oliver Pera

Informático de formación y fotógrafo y impresor de pasión, sigue practicando y disfrutando de las dos ramas de su interés. Aprendió los fundamentos de la impresión lith con Wolfgang Moersch en 2012. Junto con algunos amigos, en 2024 creyó una organización sin ánimo de lucro (“Entwicklungsprozess e.V.”) y un laboratorio (el @studio95nbg) para ofrecer un espacio de colaboración fotográfica.

Vive y trabaja en Núremberg, Alemania.

Fotografía © Michael Dowkes

https://oliverpera.de/
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