Ciudad: Madrid
Provincia: Madrid
Lugar: Galería Leandro Navarro (Amor de Dios, 1 · 28014 · Madrid,)
Horario: De lunes a viernes de 10 a 14 h y de 17 a 20 h. Sábados previa cita
Web: Leandro Navarro Galeria de arte
email: galeria@leandro-navarro.com
Teléfono: 91 429 89 55
La Galería Leandro Navarro continúa en su interés por conectar la obra de artistas
contemporáneos con sus referentes modernos (línea de trabajo que comenzó con la
exposición de Benjamín Palencia y Antonio Ballester Moreno en 2018) con una exposición
conjunta del pintor José Gutiérrez-Solana (1886-1945) y el fotógrafo Alberto García-Alix
(1956-). Aunque separados en tiempo y técnica, las obras de ambos están dotada de una
profunda carga social y reflejan la faceta más cruda, sórdida y dramática de ambientes y
escenarios relacionados con la muerte, el cuerpo, el erotismo, la máscara, la religión, lo
marginal, etc. Así lo expresa en el prólogo del catálogo Angélica Liddell, escritora, poeta
y directora de escena:
”Cántabro y leonés eligen la sinceridad de los extrarradios. El extrarradio, los arrabales,
la calle del cementerio, todas esas afueras forman parte de su rebelión política. En ese
extrarradio encuentran cobijo nuestros propios terrores y nuestras propias miserias, que tal
vez sean las del pintor y el fotógrafo. Los fondos de José son las tapias de Alberto. Tal que
una declaración de principios, la turbulencia interior busca en esos márgenes una asunción
total de la existencia. Es ahí donde encuentran la verdad. “Arrimadas a las paredes están
las guadañas”, dice Solana. Del mismo modo las sombras están arrimadas a las tapias del
fotógrafo. La insatisfacción busca la hermandad con el horror. Hay una inevitabilidad en la
mirada oscura. Al igual que ese reloj descrito por Solana en La España negra, las horas
giran alrededor de una calavera. Caminamos por la calle del cementerio, de la mano de
Alberto y de José, de nuestra propia mano caminamos, la calle del cementerio es la
garganta cruel de la belleza. La potencia estética de sus trabajos se mide por la inmensa
conmoción que sacude nuestros tuétanos.”
Texto: Angelica Liddell
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